La candidiasis es una infección causada por hongos (el más común, cándida albicans) y que se caracteriza por resultar bastante molesta. En el caso de las infecciones vaginales los síntomas más comunes son picor, enrojecimiento, escozor, flujo blanco/amarillento, constante y espeso y molestias al orinar. La vagina, en condiciones normales, está protegida por la propia acidez vaginal, pero cuando ésta se ve alterada el hongo se reproduce causando la infección.
Mantener una buena higiene es fundamental para prevenir la aparición de episodios de candidiasis. Pero, ¿qué hacer en caso de infección? Además de consultar con el médico para determinar la causa exacta, podemos recurrir a algunos remedios naturales, como el vinagre blanco, al cual desde siempre se le ha considerado como una solución eficaz para aliviar las molestias de las infecciones vaginales. El vinagre blanco, entre sus propiedades, tiene un potente efecto antibacterial, combate los patógenos y regenera la flora vaginal.
Vinagre blanco: ¿cómo aplicarlo?
El vinagre, al ser muy ácido, siempre se debe diluir en agua. En un recipiente mezclamos un litro de agua templada con 125 ml de vinagre. A continuación, con ayuda de una esponja, lavamos la zona genital. No es necesario utilizar jabón y resulta especialmente efectivo para aliviar la picazón. Repetirlo durante varios días hasta que desaparezcan los síntomas de la candidiasis. Otra opción es recurrir al lavado vaginal utilizando una pera de goma o silicona. Se llena la pera con el líquido (agua y vinagre en este caso), se introduce la cánula en la vagina y se presiona la pera intentando que la solución fluya lentamente.
El vinagre también se puede beber para tratar las infecciones vaginales. En este caso, hay que mezclar 2-3 cucharaditas de vinagre blanco en un litro de agua y tomar a lo largo del día en pequeños sorbos.
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