Ganar o perder peso sin causa aparente es uno de las síntomas o señales que nos pueden alertar de un problema de tiroides. ¿Qué tipos de trastornos implica y que papel juega la alimentación? La paratiroides es una glándula ubicada en el cuello y cuya responsabilidad es producir hormonas como la tiroxina, la cual interviene en algunas funciones vitales como el metabolismo de los tejidos, en la pérdida o ganancia de peso, en el sueño, en la regulación de la temperatura corporal y en el ritmo cardiaco. La detección y diagnóstico del problema de tiroides es fundamental para, una vez establecido de qué tipo estamos hablando (hipertiroidismo, hipotiroidismo) establecer el tratamiento más adecuado.
Fatiga, incluso al levantarse por la mañana, cambios de peso y cambios de humor (ansiedad, mayor irritabilidad) son algunos de los síntomas que pueden estar detrás de los problemas de tiroides, una glándula que, pese a su reducido tamaño, cumple funciones vitales para el organismo. La tiroides es una pequeña glándula que se encuentra en la zona del cuello y que, entre otros, interviene en el metabolismo, de ahí que tenga una estrecha relación con el peso y que la alimentación juegue un papel importante tanto en la aparición como en el tratamiento de una dolencia que, como hemos visto, afecta más a las mujeres. Vamos a ver más detenidamente los síntomas, tipos de trastornos de la tiroides y prevención.
Glándula tiroides: ¿Qué es?
La tiroides controla muchas funciones vitales. Así, además de intervenir en el metabolismo, regular la producción de calor (temperatura corporal), interviene en los procesos de crecimiento y desarrollo, en los mecanismo de distribución de agua y sales minerales y supervisa los niveles de colesterol, el peso, la fuerza muscular, el ritmo cardiaco, la vista, el estado de la piel, la salud emocional y el ritmo del ciclo menstrual. La tiroides juega un papel fundamental en la producción de hormonas específicas, es decir, tiroxina o T4 y triyodotironina o T3, hormonas que contienen yodo.
Problemas de tiroides y síntomas
Podemos establecer tres categorías de trastornos. En primer lugar, los trastornos que alteran su funcionamiento, como el hipotiroidismo y el hipertiroidismo; las patologías que alteran su morfología, como los nódulos y tumores; y los trastornos que causan alteraciones tanto funcionales como morfológicos, la tiroides y bocio.
La primera categoría es, sin duda, la más frecuente y la más conocida. Dos trastornos completamente opuestos. En el hipotiroidismo la glándula trabaja por debajo de lo normal, mientras que en el hipertiroidismo se produce un exceso de liberación de hormonas. Los síntomas de hipertiroidismo incluyen nerviosismo, taquicardias, temblores musculares, pérdida de peso, aumento de la sudoración y la presión arterial. Por su parte, el hipotiroidismo se relaciona con cansancio, somnolencia, estreñimiento, aumento de peso y anemia.
Entre los trastornos que alteran la morfología o forma de la glándula están los nódulos, formaciones que pueden llegar a medir varios centímetros, y los tumores, nódulos de naturaleza maligna.
Respecto a la tercera categoría, la tiroides es una inflamación de la glándula que altera su función, lo que puede derivar en hipertiroidismo o hipotiroidismo, y el bocio se caracteriza por un aumento del volumen de la tiroides, generalmente causada por carencia de yodo.
La importancia de la prevención
La prevención y la detección precoz, como en cualquier problema de salud, son fundamentales. Además de la autoexploración, para detectar posibles anomalías morfológicas, también puede ser necesario revisar la dieta, sobre todo para calibrar si la ingesta de yodo es la recomendada (especialmente durante el embarazo y la lactancia). En la despensa encontramos, como aliados, a los alimentos ricos en yodo, como los de origen marino, pescados o mariscos.
La enfermedad del tiroides la padecen muchas personas, por lo que llevar una buena prevención y un posterior tratamiento es fundamental.