La tiroides de Hashimoto, o tiroides linfocítica crónica, recibe el nombre del médico japonés que la describió por primera vez. Estamos ante una patología inflamatoria de la tiroides, y que afecta sobre todo a las mujeres entre los 30 y los 50 años, aunque puede aparecer a cualquier edad. Suele aparecer de manera gradual, causando una hipofunción de la tiroides (la glándula endocrina, situada en la cara anterior del cuello y apoyada sobre la laringe). Tanto para reconocerla, como para mejorar el tratamiento, vamos a ver más detenidamente cuáles son sus causas, la dieta a seguir y los remedios que nos pueden resultar útiles.
Las posibles causas La tiroides de Hashimoto es una enfermedad crónica causada por un proceso inflamatorio autoinmune. En concreto, puede considerarse como el resultado de una reacción anormal del sistema inmune que, al percibir como enemigo a las células de la tiroides causa su destrucción progresiva y una pérdida igualmente gradual de la función de la tiroides. Existes múltiples factores que pueden estar implicados en la aparición de esta enfermedad, tales como la propia genética, la carencia de selenio, el estrés y el tabaquismo.
Síntomas En la fase inicial la enfermedad de la tiroiditis de Hashimoto es asintomática, es decir, no se acompaña de síntomas o anormalidades particulares. Cuando aparecen, son similares a los síntomas del hipotiroidismo, tales como fatiga, aumento de peso o dificultades para concentrarse. A medida que avanza la enfermedad, los síntomas se vuelven más evidentes, y etre los que se incluyen el aumento de la sensibilidad al frío, palidez de la piel, niveles más altos de colesterol en sangre, astenia, dolores musculares y rigidez (sobre todo en los hombros y en las articulaciones), apatía y sangrado menstrual excesivo (menorragia).
Diagnóstico y tratamiento Para el diagnóstico de este tipo de disfunción tiroidea hay que realizar análisis de sangre, para detectar la presencia de hormonas tiroides. Al tratarse de una enfermedad crónica no hay un tratamiento definitivo, pero sí se puede mantener bajo control.
La dieta a seguir Tal y como hemos señalado, con un tratamiento adecuado la tiroiditis de Hashimoto se puede mantener bajo control y, sobre todo, sus síntomas más molestos. Tratamiento en el que la dieta también juega un papel esencial. Así, por ejemplo, hay que revisar la dieta y apostar por los alimentos ricos en fibra y bajos en grasas. Es aconsejable tomar 25 gramos de fibra al día, así como llevar una dieta baja en calorías para controlar mejor el peso.
Entre los mejores aliados para la dieta se recomiendan tomar aceite de coco, cúrcuma y jengibre, dos antiinflamatorios naturales. También es bueno aumentar la ingesta de verduras y frutas. El azúcar debe tomarse con moderación, al igual que las grasas saturadas. Como ya hemos señalado, conviene tener cuidado con la ingesta de calorías, ya que el aumento de peso sin causa aparente (sobre todo líquido) es uno de los síntomas de esta patología.
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