Las manchas en la piel se pueden definir como una pérdida de coloración, generalmente causada por la exposición al sol, como efecto del envejecimiento. Las manchas en la piel también pueden ser síntoma de alguna carencia nutricional (minerales como hierro o calcio; o vitaminas A, B y E) o como efecto secundario de algunos cosméticos o medicamentos (la píldora anticonceptiva, por ejemplo). Aunque en la mayoría de los casos las manchas en la piel no pasan de ser un problema estético -con un tratamiento adecuado se puede mitigar su apariencia-, en cuestión de salud la prevención vale por dos. Por este motivo, ante cualquier cambio o alteración en la piel conviene consultar al médico para resolver todas las dudas. Las manchas se pueden clasificar, por su tonalidad y de forma general, en blancas y oscuras, lo que en términos médicos se denomina hiperpigmentación y despigmentación.
Tipos de manchas
- Pecas: Las pecas o efélides son una lesión benigna resultado de la acumulación de pigmento. Fácilmente reconocibles porque son pequeñas y de color marrón, siendo más comunes en las personas de piel clara (especialmente en los pelirrojos). La exposición solar las hace más visibles, motivo por el que además son más comunes en las zonas corporales más expuestas, como la cara, cuello o brazos.
- Léntigos: Son también pequeñas manchas de color marrón (claras u oscuras) y que pueden aparecer prácticamente en cualquier parte del cuerpo. Aunque son muy similares a las pecas, no cambian de tonalidad con la exposición al sol. Eso sí, no todos los léntigos son iguales (simple, solar y maligno).
- Lunares: También denominados nevus y se pueden definir como una mayor acumulación de melanocitos, las células responsables de la producción del pigmento de la piel. Aunque generalmente son circulares, pueden ser de diferentes formas, texturas e incluso color (del marrón al negro). Los lunares deben vigilarse, ya que en algunos casos pueden derivar en melanoma maligno (cáncer de piel). Para controlar cualquier cambio, seguir la regla del ABCD (asimetría, bordes, color y diámetro).
- Melanoma: El melanoma es el tumor de piel más conocido. Se produce cuando los melanocitos se convierten en malignos. Los cambios en algún lunar suele ser la señal más frecuente, pero hay otras alteraciones de la piel que no debemos subestimar, como una llaga que no termina de cicatrizar, enrojecimiento o inflamación más allá del borde de un lunar picazón, sensibilidad, o dolor o cambios en la superficie de un lunar (descamación, exudación, sangrado).
- Vitíligo: Manchas de color blanco -también se denomina leucodemia– que tienden a aparecer en la cara (ojos, boca y nariz) y en las piernas. Se trata de un trastorno autoinmune causado por la desaparición de los melanocitos de la piel, dando lugar a una pérdida de melanina.
- Melasma: Un tipo de manchas (hiperpigmentación) que afectan sobre todo a las mujeres, y en concreto durante el embarazo por lo que también se las denomina la máscara del embarazo. También pueden aparecer durante la menopausia o como efecto secundario de la toma de anticonceptivos. Generalmente aparecen en la cara (frente, nariz, labio superior y mejillas).
También te puede interesar: Las alergias más comunes de la piel: causas y síntomas y descubre los mejores remedios caseros para reparar la piel después del sol.