Tabaco: Claves para conseguir dejar de fumar

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Tabaco: Claves para conseguir dejar de fumar. El tabaco es perjudicial para salud y fumar nos expone a un amplio abanico de problemas de salud. De hecho, según el Ministerio de Sanidad, el tabaco está detrás de casi una treintena de problemas de salud, constituyendo un factor de riesgo de hasta diez tipos de tumores. Tener muy claros del beneficios que nos reportará dejar el tabaco, y planificar cómo nos libraremos de la dependencia, son claves para garantizar el éxito de la decisión más acertada para nuestra salud.
 
El tabaco, de hecho, es más perjudicial para la mujer que para el hombre. Así, entre los efectos nocivos del tabaco, y en concreto de las sustancias tóxicas que inhalamos a través del humo, las mujeres fumadoras presentan más riesgos de una mayor incidencia de cáncer, especialmente de pulmón, así como de padecer EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), bronquitis crónica, enfermedades coronarias y trastornos de la circulación sanguínea (el tabaco dificulta la circulación periférica, sobre todo en las piernas), problemas dentales y de encías. Los beneficios de dejar de fumar repercuten casi de manera inmediata en nuestra salud. De hecho, según los especialistas en tabaquismo, veinte minutos después de dejar de fumar mejor nuestra presión sanguínea y las pulsaciones disminuyen. Pies y manos recuperan su temperatura normal. En tan solo dos días, el riesgo de padecer un ataque cardiaco disminuye y los sentidos olfativo y gustativo mejoran.
 
Dejar el tabaco provoca ansiedad, por lo que no debemos precipitarnos a la hora de conseguir resultados inmediatos. Para librarnos de la nicotina con éxito, y dado que ha generado una dependencia de nuestro organismo al tabaco (como sustancia adictiva que es la nicotina), debemos planificar el proceso, establecerlos objetivos y tener muy claros los beneficios que vamos a conseguir. Igualmente, es importante conocer las razones por la que sigue fumando, desterrando excusas como el que fumar adelgaza. Lo único que hace el tabaco es inhibir el apetito. Al dejarlo, es la ansiedad que nos genera la retirada de la nicotina la que solemos combatir comiendo (además, en lugar de optar por alimentos sanos y naturales, solemos recurrir a las galletas, dulces y otros alimentos ricos en azúcares y en calorías). Por eso, es importante canalizar esa ansiedad y revisar nuestra alimentación para ganar la batalla a la nicotina.
 
Una vez tomada la decisión de dejar de fumar, es aconsejable consultar al médico para conocer además los métodos de ayuda a los que podemos recurrir. Y para empezar el plan, una serie de claves y recomendaciones médicas recogidas por el Ministerio de Sanidad y el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo.

  • Fijarse, en el plazo de un mes, un día para dejar de fumar. Es aconsejable que la fecha elegida no sea una época de especial tensión, sobrecarga de trabajo o de grandes preocupaciones. Los días más idóneos para dejar el tabaco son a principio de semana, un día de vacaciones o una jornada en la que pueda disponer de su tiempo. Durante este tiempo de preparación, es aconsejable leer varias veces al día nuestra lista personal de motivos para dejar de fumar, así como anotar cada cigarrillo y la situación en la que fumamos. Verás como hay un montón de cigarrillos que enciendes sin más.
  • Sustituya el fumar por una actividad alternativa. Por ejemplo, lavarse los dientes de manera inmediata después de comer, realizar ejercicios de respiración profunda al levantarnos, practicar ejercicio físico o pasear en lugar de ver la televisión, recurrir a los zumos o frutas como complemento de la lectura.
  • Desarrollar alguna actividad y practicar ejercicio ayuda a reducir la tensión emocional y la ansiedad.
  • Cambie sus rutinas. Por ejemplo, a la hora del desayuno le ayudará sustituir el café, bebida excitante, por un zumo de frutas o una infusión.
  • Planee hacer cada día algo con lo que se disfrute.
  • Mejorar el entorno, como tirar ceniceros y cualquier otro objeto relacionado con fumar o pedirles a sus amigos y familiares que no fumen en su presencia.
  • Es aconsejable realizarse una limpieza dental.
  • Cuando sienta ansiedad y necesidad de fumar, mire el reloj y espere un minuto. Es el tiempo aproximado que duran las ansias de fumar. Un vaso de agua o un zumo inhibe la ansiedad.

Durante los primeros días pueden aparecer síntomas como irritabilidad, fatiga, trastornos del sueño o dificultades para concentrarse. Piense en positivo, porque todos ellos son normales y constatan que el organismo está empezando a recuperarse del consumo de tabaco.
 

Efectos del tabaquismo en la mujer

Según datos del Ministerio de Sanidad, el tabaco no solo es la primera causa de enfermedad evitable, sino que está detrás dle 90% de los casos de bronquistis diagnosticados en España; del 95% de los casos de casos de cáncer de pulmón, y del 30% de las cardiopatías coronarias, sin olvidar que es un factor de riesgo en tumores de esófago, boca, laringe y vejiga. El tabaco además también pueden aumentar los riesgos que, en algunos casos, pueden conllevar los anticonceptivos orales.
 
Fumar también aumenta en las mujeres el riesgo de sufrir osteoporosis. Además, la mayoría de las mujeres fumadoras presentan síntomas menopáusicos hasta dos años antes que las no fumadores. Cabe recordar que la osteoporosis y la pérdida de masa ósea aumentan los riesgos de sufrir fracturas. Sin embargo, pese a todos los argumentos y a que con cada cigarrillo se pone en riesgo la salud, dejar de fumar no es fácil.
 
El tabaco también tiene mucho que ver con el proceso de envejecimiento. La aparición de arrugas y la sequedad cutánea son síntomas de envejecimiento prematuro a casusa del tabaco. El consumo de tabaco es especialmente perjudicial en el caso de las mujeres embarazadas y de los mas pequeños. Fumar durante el embarazo no solo convierte al feto en fumador pasivo, sino que aumenta los riesgos de parto prematuro o de bajo peso al nacer. En el caso de los más pequeños, es conveniente mantenerlos siempre en espacios lugares libres de humo, ya que tabaco altera su crecimiento y desarrollo y, entre otros riesgos, aumenta las posibilidades de padecer trastornos respiratorios como asma.

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