Ser tímido es un rasgo de la personalidad que, ni mucho menos, debe conllevar connotaciones negativas, es decir, para superar la timidez debemos dejar de considerarla un defecto. Percibimos la timidez como un rasgo negativo cuando nos bloquea ante determinadas situaciones y nos hace reaccionar justo de la manera que queríamos evitar. Pero ser tímido, con tendencia además a ser una persona introvertida, como vamos a descubrir, también tiene ventajas.
La timidez es una respuesta emocional más, y se puede definir como la reacción ante una situación (una fiesta, reunión o encuentro con un grupo de personas) que nos provoca incomodidad, inseguridad o nerviosismo, e incluso una combinación de todas.
Aunque es más común que las personas tímidas también sean introvertidas, la timidez es un rasgo que pueden compartir con otros tipos de personalidad. De hecho, una persona extrovertida puede ser en realidad una persona que ha superado sus problemas de timidez o, al menos, ha encontrado las herramientas para sacarle partido. Y el primer paso es poner en valor las cualidades de las personas introvertidas y tímidas.
Ventajas de ser introvertido
Tranquilas, reservadas, calladas, reflexivas y más creativas. Son algunas de las características de las personas introvertidas, cuyo perfil definió con precisión Susan Cain en ‘El poder de los introvertidos en un mundo que no para de hablar’. La psicóloga estadounidense defiende las ventajas de la introversión como una cualidad, incluso, para ser grandes líderes. No faltan ejemplos de reconocidos introvertidos que han alcanzado el éxito, como Bill Gates, Albert Einstein o Mark Zuckerberg, entre otros. En la misma línea la investigación realizada por Harvard Business constató que las personas tímidas lideran mejor equipos muy proactivos. ¿Cuáles son las fortalezas de los introvertidos?
- Disfrutar de la tranquilidad e, incluso, de la soledad. Saber estar solo ayuda a mirar hacia nuestro interior y a tener el valor de conocernos mejor.
- Tienen la capacidad de saber escuchar a los demás.
- Son personas observadoras y que prestan atención a los detalles, una valiosa habilidad para mantener alejadas a las personas tóxicas.
- Sensibles a lo que piensan los demás.
- Mayor capacidad de autocontrol y de mantener la calma en situaciones complicadas.
- Son personas más creativas.
- Más prudentes y reflexivos, siendo menos proclives a las conductas de riesgo.
- Mayor conexión con su interior (emociones y pensamientos).
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