¿Qué es el síndrome de Ménière? Estamos ante una afección del oído interno que, entre otros síntomas, puede causar mareos, vértigos y pérdida auditiva. Conocer sus síntomas y causas nos ayudará a desvelar la dolencia, a descartar otras patologías y a aplicar el tratamiento más adecuado.
El síndrome de Ménière puede afectar a un oído o a los dos. La denominación de esta patología se debe al médico galo Prosper Ménière que fue el primero en identificarla y describirla. Concretamente afecta al oído interno, pudiendo aparecer de un día para otro. Las molestias, igualmente, pueden remitir de manera espontánea y no volver a producirse. Sin embargo, en otros casos, puede volverse una molestia bastante severa con riesgo de pérdida de audición. Es aconsejable, en todos los casos, consultar al médico.
Síndrome de Ménière: causas
Su causa principal sigue siendo una pregunta aún sin responder, si bien los médicos y especialistas apuntan a una posible exceso de fluido en los canales del oído interno cuya función es la de controlar el equilibrio y la audición. El exceso de fluido puede provocar la aparición de un edema, el cual se cree que puede llegar a distorsionar la información que se envía al cerebro, con la aparición de los síntomas característicos de esta patología.
El ruido excesivo, determinados factores biológicos o incluso algún tipo de virus, también podrían estar detrás de este síndrome.
Síndrome de Ménière: síntomas
Entre los síntomas más frecuentes de esta patología se incluyen:
- Mareos y sensación de pérdida de equilibrio.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida de audición.
- Zumbidos en los oídos.
- Sensación de presión en el oído.
Síndrome de Ménière: diagnóstico
Para certificar que efectivamente estamos ante el síndrome de Ménière el médico realizará un examen físico del paciente, una audiometría y una resonancia, sobre todo para descartar que los síntomas no respondan en realidad a otro problema, como pueden ser los vértigos.
Síndrome de Ménière: tratamiento
De momento, no hay un tratamiento para curar definitivamente esta patología, pero sí hay opciones para controlarla y aliviar sus síntomas. El primer consejo médico es revisar la dieta y reducir en la medida de lo posible la ingesta de sodio. También se suele recomendar la toma de determinados fármacos diuréticos para controlar la retención de líquidos y evitar la presión en el oído. En algunos casos, también se hace necesario prescribir un medicamento para controlar los mareos y los vértigos. Cuando todos los tratamientos administrados no han dado resultados el médico puede recomendar la cirugía, una intervención que consiste en drenar el líquido del oído interno o del nervio del equilibrio para reducir los vértigos.
Respecto al pronóstico de esta enfermedad es difícil predecirlo, ya que como hemos señalado su evolución varía de un paciente a otro. Es posible que, en algunos casos, los síntomas remitan después de unos años. En otros casos, desaparecen con un sencillo tratamiento médico. Solo en los casos más severos, y en los que la pérdida de audición comienza a ser un riesgo importante, conviene recurrir al tratamiento quirúrgico.