Limitar las actividades al aire libre, sobre todo en los meses de menos horas de luz solar, puede pasar factura a nuestra salud. Sentirse más decaído, apático y cansado son algunas de las señales que nos deben hacer pensar en si estaremos tomando suficiente luz solar, una de las principales fuentes de vitamina D para nuestro organismo, además de la alimentación. Vamos a ver, más detenidamente, cuáles son los signos que nos pueden hacer sospechar y qué podemos hacer para evitar la carencia de esta vitamina que, entre otros, es esencial para la salud de los huesos ya que interviene en la absorción de minerales como el calcio y el magnesio. La vitamina D también estimula el sistema inmune.
Cómo nos afecta la falta de luz solar
La falta de luz solar afecta a nuestro cerebro. Un ejemplo: los días que amanecen nublados, sobre todo en invierno, a nuestro cerebro le cuesta más despertarse y eso se traduce en que nos sentimos más tristes. Los días de sol, por el contrario, mejora nuestro estado de ánimo. La mejor manera de evitar la carencia de luz solar es salir a hacer ejercicio durante las horas de luz natural, o dar un paseo durante al menos media hora cada día.
La luz solar aporta vitamina D a nuestro organismo, la cual también juega un papel importante en el equilibrio hormonal y en el sistema nervioso. Así, por ejemplo, la luz solar influye en la producción de serotonina, la cual aumenta en las primeras horas del día y ayuda a inhibir los cambios de humor y la irrritabilidad. Cuando los niveles de serotonina descienden, es decir, cuando reducimos las horas de exposición a la luz natural, somos más vulnerables a sentirnos cansados, tristes, desanimados e, incluso, dormimos peor.
La falta de luz solar vulnera nuestro sistema inmune, por lo que al tener las defensas más bajas aumentan los riesgos de exposición a los virus y bacterias. Esto, por ejemplo, hace que en los meses de frío estemos más expuestos a padece catarros o resfriados.
Síntomas de falta de luz solar
Teniendo en cuenta que la principal consecuencia de no tomar suficiente luz solar es la carencia de vitamina D conviene aprender a reconocer los síntomas de alerta:
Cambios de humor
Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, constató que la carencia de vitamina D, a la que los rayos solares ayudan a sintetizar en el organismo, tiene repercusiones fisicas y emocionales. Así, según la ciencia, se estima que una de cada 10 personas padece lo que se conoce como el trastorno afectivo estacional, el bajo estado anímico en los meses de otoño e invierno por la menor exposición a la luz solar.
Falta de energía
¿Te levantas cansada y el día te resulta agotador? Puede que la causa del cansancio sea que no estás tomando suficiente luz solar -e incluso que estás demasiado expuesto a la iluminación artificial-. Cuando nos levantamos sin energía, o las perdemos a las pocas horas de empezar la jornada, conviene revisar los hábitos y comprobar si estamos evitando demasiado salir a la calle en las horas de luz solar. Por cierto, la mejor hora para salir, a caminar o a correr, es al amanecer y hasta una hora después.
Dolor de cabeza
Las cefaleas ocasionales pueden esconder un problema de falta de vitamina D y de exposición a la luz solar. El dolor de cabeza puede venir acompañado de fatiga visual o sensación de pesadez.
Pérdida de concentración
De hecho, en algunas personas puede traducirse en un menor rendimiento y en una mayor dificultad para sacar adelante las tareas de cada día.
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