Es, sin duda, una de las prendas íntimas por excelencia, con un lugar destacado en el fondo de armario y a la que más se ha rendido la moda de ropa interior en las últimas décadas. El uso de sujetador va más allá de una mera cuestión estética, y de hecho ha captado incluso la atención de la ciencia a la hora de valorar si su uso perjudica o no la salud. Lo que hay que subrayar, de entrada, es que siempre hay que utilizar un sujetador de la talla adecuada. Aunque rendirse a esta prenda o sumarse a la tendencia Braless de ir sin sujetador es una decisión de cada mujer, para muchas no usarlo puede entrañar algún que otro riesgo para la salud. Vamos a ver, a continuación, por qué el sujetador es mucho más que una prenda íntima.
¿Por qué usar sujetador?
El sujetador, como su propio nombre indica, está pensado para proteger y sujetar. El uso de sujetador es una cuestión de salud en los casos de gigantomastia (tamaño excesivo de las mamas) ya que, en caso contrario, aumentarían los riesgos de dolores lumbar y dorsal por el peso. De hecho, en algunos casos también se recomienda la reducción de mama para evitar riesgos a largo plazo, sobre todo en la espalda. Hay dos etapas en las que además es mejor no renunciar al uso de sujetador, el embarazo (para prevenir la caída del pecho o la aparición de estrías) y la lactancia.
Utilizar sujetador ayuda a dar una mayor apariencia de volumen y a levantar el pecho caído. Precisamente por la pérdida de sujeción de los ligamentos que sustentan el pecho (ligamentos de Cooper) a medida que ganamos años, y para mejorar su aspecto, se recomienda utilizar esta prenda.
Usar sujetador deportivo
Pérdida de sujección que especialmente en el caso de practicar deporte hay que tener muy en cuenta. De hecho, tanto los expertos en medicina como en salud deportiva recomiendan utilizar siempre el sujetador deportivo, sobre todo al practicar deportes como running o ejercicios de intensidad como saltos, carreras o movimientos bruscos.
El motivo radica, como hemos señalado, en que la única sujección de la glándula mamaria (órgano que carece de músculos) son unos ligamentos, el tejido del tórax y la piel que la recubre, y al realizar determinados movimientos puede aumentar el riesgo de desplazamiento de la mama. También pueden aparecer pequeñas lesiones internas o distensiones acompañadas de molestias y sensación de dolor.
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