Qué se debe hacer y no hacer con alguien que sufre depresión

La depresión es un problema de salud que no hay que subestimar. De hecho, los datos sobre su prevalencia apuntan a que más del 15% de los hombres y el 22% de las mujeres han padecido a lo largo de su vida algún trastorno mental -tal y como recoge el Estudio Europeo de la Epidemiología de los Trastornos Mentales-. Un estudio que también constata que la depresión es el trastorno más común, con una prevalencia del 10,5%. No todos reciben tratamiento. Además de la terapia médica y psicológica prescrita por el médico, el entorno de la persona con depresión también juega un papel importante. ¿Qué se debe hacer y no hacer con alguien que sufre depresión?

Qué se debe hacer

Es importante que la persona con depresión no se sienta sola, y sobre todo que se sienta apoyada y escuchada. En muchas ocasiones, hablar es la mejor terapia para plantar cara a los sentimientos negativos. También es importante que el entorno (familiares, amigos) reciba información sobre la depresión, sus síntomas, causas y sobre consejos a seguir para ayudar. De esta manera entenderán mejor cómo se siente esa persona, ya que no podemos olvidar que estamos ante una enfermedad que uno no elige padecer.

Adoptar hábitos saludables forma parte de la terapia para recuperarse de la depresión. Ahí también podemos ser de mucha ayuda, organizando actividades como salidas al campo o estableciendo un programa de ejercicio físico y de comidas saludables. Y, por supuesto, siempre hay que animar a la persona con depresión a no abandonar su tratamiento.

Lo que no se debe hacer

Lo primero que no debemos hacer es subestimar las señales que nos alertan de que una persona padece depresión (baja autoestima, tristeza, inseguridad, tendencia a la soledad, pérdida de apetito, falta de concentración, pérdida de interés por el cuidado personal…). Pensar que la persona deprimida quiere estar sola es un error, y lo que no hay que hacer nunca es alejarse o dejar de mantener el contacto. Tal y como hemos señalado, es importante que se sienta escuchada, por lo que hay que evitar monopolizar la conversación. De igual manera, hay que evitar dar consejos inútiles y, en especial, juzgar a la persona deprimida.

También es un mal camino invitarla a distraerse recurriendo al consumo de bebidas alcohólicas o de drogas, especialmente cuando se está siguiendo un tratamiento farmacológico, ya que pueden tener los efectos contrarios al deseado.

Es fundamental no dejar de creer en que la depresión se supera con ayuda, y esta seguridad hay que transmitírsela a la persona que más lo necesita en este momento.

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