Gripe: Própolis y miel para combatirla. La gripe, aunque tardía, siempre acaba siendo una compañera en los meses de frío. Junto con los catarros o resfriados son las enfermedades respiratorias más frecuentes y una de las principales causas de consulta médica. Precisamente, los médicos recuerdan que para combatir los síntomas de la gripe lo mejor es recurrir a productos naturales, como el própolis o la miel, y olvidarse de los antibióticos que no son efectivos contra los virus causantes de la gripe y los resfriados.
Aunque lo más habitual es recurrir a los antibióticos, tal y como reconoce que ha hecho un 12% de la población en el último año, cuando se presentan los síntomas de gripe o catarro, lo cierto es que no es lo más aconsejable, ya que como recuerdan los médicos estas infecciones respiratorias (nariz, boca, laringe y faringe, principalmente) están provocadas por virus (solo en los resfriados comunes se han identificado más de 200 tipos) y no por bacterias. Por este motivo, y con los datos de la última encuesta realizada por el Centro de Investigación de Fitoterapia, recomiendan optar por remedios más naturales, como los productos derivados de las abejas (própolis, miel), una opción por la que ya se decantan seis de cada diez españoles cuando tienen gripe. Ante los síntomas de la gripe o catarro, sí podemos tomar algunos fármacos para aliviarlos (antiinflamatorios, analgésicos), pero no debemos automedicarnos, sino consultar al médico.
El própolis, el cual podemos adquirir en las farmacias, es un producto que elaboran las abejas para la protección de sus colmenas. Tiene efectos antisépticos, antivirales y antiinflamatorios, por lo que los médicos consideran que es un buen aliado en el tratamiento de infecciones de las vías respiratorias. Por su parte, las propiedades saludables de la miel son de sobra conocidas. De hecho, tomar leche caliente con miel ha sido siempre un remedio casero y tradicional para combatir los catarros, aliviar la garganta y los síntomas de faringitis. La miel, entre otras propiedades, es antiséptica y antibacteriana.
Los síntomas más habituales de un catarro son congestión nasal, dolor de garganta, tos y estornudos. Un malestar general que nos puede acompañar en torno a unos siete días. En el caso de la gripe, ésta también suele venir acompañada de fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y cansancio. En algunos pueden aparecer dificultades respiratorias más severas, sobre todo en el caso de las personas mayores o con un historial de trastornos respiratorios, cardiacos o diabetes. Para evitar la gripe, y sobre todo si estamos entre uno de los grupos de riesgo, sí podemos vacunarnos, no así en el caso de los catarros.
Si transcurridos entre 7 y diez días, y si los síntomas no mejoran y aparecen otros nuevos, como dolor de oídos, es recomendable volver a consultar al médico, ya que una gripe o catarro mal curado puede derivar en sinusitis, bronquitis u otitis.