¿Tratas de pasar desapercibida?, ¿te cuesta expresar tus sentimientos?, ¿te ruborizas con facilidad?, ¿la sola idea de pensar en hablar en público te provoca pánico? Si tu respuesta a la mayoría de estas preguntas es afirmativa seguramente te hayas enfrentado más de una vez a tus problemas de timidez.
La timidez suele implicar un sentimiento de temor o inseguridad y, en algunos casos, puede incluso provocar ansiedad, frustración y fobia social. La timidez se puede definir como la reacción ante una situación que nos resulta incómoda y que, sobre todo, nos genera temor por cómo nos van a ver o a juzgar los demás. Pero lejos de pensar que es un obstáculo, para afrontar la timidez lo importante es cambiar de actitud.
¿Por qué somos tímidos?
La timidez, curiosamente, es uno de los rasgos de la personalidad que se pueden heredar a través de los genes. También influyen los comportamientos aprendidos desde la infancia y las experiencias de vida.
Cómo vencer a la timidez
Con un poco de esfuerzo, y constancia, conseguiremos vencer a la timidez y a los miedos que la desencadenan:
- El primer paso es reconocer la timidez como un rasgo más de nuestra personalidad. Aceptar que somos tímidos es aceptarnos como somos, lo que infunde autoestima y evita la presión de aparentar lo que no somos en realidad.
- Es importante recordar que la timidez no es un defecto, sino una respuesta emocional que tendemos que aprender a canalizar para sentirnos mejor con nosotros mismos.
- Elabora una lista de las situaciones en las que te cuesta superar la timidez. Enfrentarse a ellas es la mejor manera de avanzar, sin prisas, ya que de lo contrario reforzamos la timidez alcanzando niveles difíciles de superar. Dar pequeños pasos refuerza la confianza.
- Practica las conductas sociales, como el lenguaje corporal que expresa seguridad o hacer preguntas o comentarios triviales, con personas con las que te sientas a gusto, para ir ganando en seguridad. Luego prueba a hacer lo mismo con personas que conozcas menos.
- La timidez no es ni mucho menos la única cualidad o habilidad de una persona, por lo que es importante recordarnos de vez en cuando nuestras fortalezas.
- Piensa en formas de romper el hielo y entablar una conversación, que suele lo que más cuesta al principio con quien no se tiene demasiada confianza.
- Si has aparcado una llamada de teléfono o conversación por culpa de la timidez, escribe lo que quieres decir y ensáyalo en voz alta, y a continuación haz la llamada si más demora.
- Comparte tus sentimientos con alguien de confianza. Hablar y ser escuchado ayuda a ver las cosas desde otro punto de vista y sobre todo evita que el problema se magnifique.
- Admite los errores como oportunidades. La autocrítica y la autoexigencia son obstáculos añadidos, así que cambia la forma de pensar.
- Aprende a decir no y a desarrollar la asertividad, es decir, a reclamar lo que quieres o necesitas y a expresarte cuando otra persona ha herido tus sentimientos.
- Sobre todo, y como consejo final, siempre hay que tratar de ser uno mismo, la forma de reflejar sinceridad y confianza a los demás.
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