Problemas de salud mental: Cómo hablarlos con tu jefe

Si tendemos a no mentir sobre nuestra salud física, ¿por qué lo hacemos cuando se trata de problemas de salud mental? Las comparaciones pueden parecer odiosas, pero si no mentimos a nuestro jefe cuando tenemos que pedir un día en el trabajo por gripe, por ejemplo, ¿por qué no somos sinceros y hablamos con normalidad y sin tapujos de la salud mental? Precisamente el silencio del que tendemos a rodear los problemas de estrés, ansiedad, tensión nerviosa, depresión… es la primera barrera para afrontarlos. Ya sea por vergüenza o por inseguridad, ¿mentirías a tu jefe antes de pedir un día libre por salud mental?

¿Por qué es importante hablar de salud mental?

La honestidad es la mejor manera de vencer al miedo y los prejuicios a la hora de hablar de salud mental. Lógicamente, no siempre es fácil plantear esta conversación, sobre todo por los estigmas que aún hoy en día rodean a algunos problemas de salud mental. En otros casos, como por ejemplo el estrés o la ansiedad, tendemos a subestimar sus síntomas, lo que también hace que nos resulte difícil plantear que necesitamos unos días libres si creemos que el jefe no va a considerar importante este problema.

Hablar de salud mental es importante por varios motivos:

  • Reconocer y hablar abiertamente de salud mental es una muestra de sinceridad con nosotros mismos y con los que nos rodean (ya sea en el trabajo, familia, grupos de amigos…).
  • Hablar de salud mental ayuda a romper estereotipos y falsos mitos sobre las enfermedades mentales.
  • La persona que expone su problema, al decir la verdad, siente una sensación de alivio, tratar de disimular o esconder cosas a los demás puede resultar agobiante y agotador.

¿Cómo hablar con tu jefe de problemas de salud mental?

Abordar ciertos temas con el jefe puede resultar complicado, por eso conviene seguir algunos consejos antes de iniciar la conversación:

  • Tener claro el motivo para revelar una información sobre tu salud mental, y estar seguro de querer hacerlo. La mejor razón suele ser que está afectando a tu trabajo (demoras, menor rendimiento, pérdida de concentración…) o a la forma de relacionarte con el resto de compañeros. Si tu problema no afecta en absoluto a tu rendimiento y a tu capacidad para organizar y cumplir con los objetivos, no tienes que sentirte obligado a hablar sobre el tema.
  • Conviene esperar un tiempo razonable antes de plantear el tema al jefe, tiempo en el que podremos hacernos una idea de su nivel de comprensión y concienciación, porque quizá su actitud de entrada no invite a hablar de este tipo de cuestiones.
  • Si no estás seguro de cómo responderá tu jefe, ya sea porque llevas poco tiempo o porque no habéis tenido mucha relación, puedes hablar antes con el departamento de recursos humanos.
  • En caso de tener diagnosticado un trastorno mental crónico o grave conviene ser previsor y exponer la situación antes de que suponga un problema en el trabajo.
  • Abordar el problema cuando nos sintamos bien, tanto a nivel físico como emocional, porque esto nos ayudará a afrontar la situación con más seguridad y serenidad.
  • Si recibimos una respuesta poco comprensiva, no hay que sentirse culpable porque en muchas ocasiones es producto de falta de conocimiento sobre el tema.
  • Si estamos siguiendo una terapia psicológica, conviene consultar al terapeuta, nos ayudará a decidir qué hacer y cómo exponer el tema al jefe.

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