Es uno de los gestos cotidianos de la higiene corporal, el recurrir a los bastoncillos de algodón para limpiar los oídos. Pero cuidado, porque este sencillo gesto, en apariencia inofensivo, puede resultar seriamente dañino para la salud de los oídos. Seguro que después de conocer las consecuencias dejarás de usarlos.
Cera de los oídos La cera o cerumen que se forma en el conducto auditivo externo, tal y como apuntan los médicos, cumple una función esencial de protección. De hecho, la cera forma parte de las defensas naturales del cuerpo y su función es garantizar que los oídos están libres de cualquier infección. La cera, de hecho, evita la entrada de polvo y otros restos de suciedad en el tímpano, al tiempo que ejerce una función antibacteriana y lubricante. En otras palabras, es un arma de de defensa de los oídos para su propia limpieza.
Consecuencias Limpiar los oídos con los bastoncillos de algodón puede tener consecuencias negativas. Así, lo primero que hay que tener en cuenta es que no se debe retirar toda la cera del canal auditivo. El bastoncillo de algodón, de hecho, puede ser pequeño e inadecuado para retirar la cera, pudiendo incluso empujarla aún más dentro del oído. Esto impediría que la cera ejerciera su función de protección.
La cera que queda atrapada en la parte más profunda del conducto auditivo puede contener bacterias, virus y hongos acumulados, provocando infecciones y dolor de oído.
Pero hay un riesgo aún mayor. Y es que si, al limpiar el oído, empujamos demasiado la cera podemos bloquear el canal del oído, con riesgo de pérdida de audición. En estos casos, siempre hay que acudir al médico u otorrinolaringólogo (especialista en oído, nariz y garganta), al igual que si consideramos que necesitamos una revisión de los oídos para ver si tenemos un tapón o exceso de cera. Los expertos también dan alternativas para la limpieza de los oídos, como como una mezcla de peróxido fresco y agua utilizada una o dos veces al mes o aplicar 4-5 gotas de vinagre y agua una vez a la semana.
Rotura de tímpano Diversos estudios, como el realizado por investigadores del Hospital Henry Ford, en Estados Unidos, han constatado una relación directa entre el uso de los bastoncillos de algodón y la rotura de los tímpanos, un daño que se cura por sí mismo, si bien en los casos más severos hay que recurrir a la cirugía. Si el bastoncillo se introduce demasiado a fondo en el canal auditivo puede causar daños graves, entre los que se incluye la rotura del tímpano, también conocida como perforación de la membrana timpánica. Las perforaciones severas pueden causar parálisis facial y vértigo.
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