Ondas electromagnéticas: Riesgos para la salud causados ​​por el móvil

¿El uso continuo del móvil puede afectar a la salud? Es una pregunta de difícil respuesta por el debate generado en torno a los posibles efectos de las denominadas ondas electromagnéticas. Los más críticos argumentan las correlaciones que diversos estudios habrían tratado de establecer entre la exposición a campos magnéticos y una mayor probabilidad de incidencia del cáncer. Y por si el debate no contaba ya con suficientes argumentos a favor y en contra, en 2012 una sentencia del Tribunal Supremo de Italia consideró que el uso excesivo del móvil estaba relacionado con el tumor que había desarrollado el demandante, Innocente Marcolini, quien aseguró que durante los últimos diez años había estado más de seis horas cada día en su trabajo hablando por teléfono móvil.

Numerosos estudios científicos han indagado en los últimos años en el posible riesgo de las ondas electromagnéticas para la salud. Unos apuntan hacia posibles efectos adversos, mientras otros reiteran la ausencia total de peligro. Vamos a ver, más detenidamente, qué son en realidad las ondas electromagnéticas y si el móvil podría darnos algo más que un dolor de cabeza.

Ondas electromagnéticas

Las ondas electromagnéticas están presentes en el medio ambiente. Fuentes naturales a las que se suman otras artificiales, como televisores, ordenadores, microondas, teléfonos móviles, secadores de pelo… todos ellos generarían una combinación de campos electromagnéticos que se propagan en el espacio. El más común de los efectos biológicos de los campos electromagnéticos es el sobrecalentamiento de los tejidos del cuerpo, un efecto que podemos notar fácilmente después de una larga conversación por teléfono. Este sencillo ejemplo vendría a establecer que los campos electromagnéticos interactúan con nuestro organismo, y esta interacción es mucho más predominante cuanto más cerca o con mayor frecuencia nos expongamos a la fuente. Sin embargo, en condiciones normales, los niveles a los que estamos expuestos en la vida cotidiana, por ejemplo, cuando se trabaja al ordenador, vemos la televisión o hablamos teléfono, se sitúan muy por debajo de los valores requeridos para producir un calentamiento significativo, y si se respetan estos niveles, hay evidencias científicas de que no ponen en riesgo la salud.

Consejos para prevenir

No hay que subestimar el hecho de que, por el número cada vez mayor de aparatos eléctricos que tenemos a nuestro alrededor, estamos más expuestos a las ondas electromagnéticas, así que no está de más seguir algunos consejos preventivos.

  • No acercarse el teléfono encendido en el entorno de los órganos vitales, siempre es mejor guardarlo en el bolso, no en los bolsillos.
  • Evitar conversaciones largas y frecuentes y el uso de los auriculares
  • No dormir con el teléfono móvil en la cama
  • Evitar el uso prolongado de teléfonos móviles por los niños

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