Molesto y doloroso. El ojo de pollo, ojo de gallo u ojo de perdiz, son un tipo de callosidad blanda (en términos médicos heloma Molle) que aparece generalmente entre los dedos o en la planta del pie. La presión o fricción ejercida en la zona, por ejemplo por el uso de zapatos de punta estrecha, es la principal causa de la aparición de este engrosamiento de la piel. La sequedad de la piel también favorece su aparición. Además de las dificultades para calzarse o para caminar, también pueden provocar dolor y aumento de la sensibilidad del pie.
En la mayoría de los casos desaparecen siguiendo algunos sencillos consejos, como el cambiar de tipo de calzado (apostando por materiales suaves y flexibles), aplicar cremas específicas en la zona afectada, así como una crema nutritiva para la piel, o colocar unos separadores de dedos para reducir la presión (en este último caso, evitar el algodón entre los dedos porque se endurece). Como complemento, podemos recurrir a algunos remedios caseros que pueden resultar eficaces para eliminar las callosidades. Lo que nunca debemos hacer es tratar de arrancar la callosidad y, en caso de dudas, lo mejor es consultar al podólogo.
Remedios caseros
Los baños de pies son los remedios caseros más conocidos para aliviar molestias como la aparición de callosidades. Así, por ejemplo, podemos preparar un baño añadiendo en medio litro de agua avena (2 cucharadas), manzanilla (1 cucharada) y el zumo de un limón. Una solución para suavizar los callos.
Con el zumo de limón, mezclado con aspirinas trituradas, también podemos preparar una pasta para aplicar sobre la zona afectada, cubriéndola durante unos 15 minutos. A continuación, frotar suavemente con la piedra pómez.
Especialmente para las callosidades que aparecen en la planta del pie, podemos preparar una pasta con aceite de oliva y ajo, para aplicar directamente sobre la zona (cubrir y dejar 8 horas). Las hojas de caléndula trituradas también son buenas para aplicar sobre la zona.
Otro remedio natural es la papaya cruda, ya que su zumo ayuda a reducir el engrosamiento de la piel. También está indicado el limón como remedio natural por sus propiedades antiinflamatorias. Y, por supuesto, entre los remedios más conocidos, la piedra pómez, para raspar la superficie del callo (eso sí, siempre de manera suave).
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