Obesidad: Cada kilo cuenta para tu salud

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Obesidad: Cada kilo cuenta para tu salud. Conocemos la teoría, pero suspendemos a la hora de llevarla a la práctica. Y es que los especialistas en nutrición han alertado de que los españoles comemos mal, siendo el principal problema de cumplir con una dieta equilibrada, al tiempo que saludable, la falta de voluntad y planificación. Descuidamos nuestra alimentación y eso se traduce en un riesgo para nuestra salud con una serie de consecuencias, tales como enfermedades cardiovasculares, diabetes, apnea del sueño, artrosis e hipertensión.
 
Cuidar nuestro peso es una cuestión de salud. Entre las causas de la obesidad una de las que preocupa especialmente es el llevar una dieta desequilibrada. Coincidiendo con el Día Nacional de la Persona Obesa (14 de diciembre), la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y la Sociedad de Endocrinología y Nutrición han puesto el acento en los riesgos que conllevan tendencias observadas en la dieta de la población como el aumento de las raciones y, con ello, la cantidad de calorías. Y es que no aprobamos el examen en cuestión de alimentación, aunque a partir de ahora contaremos con la ayuda de la guía diseñada por los especialistas de ambas sociedades, una guía que recopila comidas y cantidades adecuadas para preparar el plato ideal, así como un listado de los alimentos que solo debemos tomar de manera excepcional. Una guía, en definitiva, para promover hábitos alimenticios saludables y prevenir el aumento de los problemas de sobrepeso y obesidad. Problemas que, por cierto, no solo atañen a la edad adulta. De hecho, hace escaso días, desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, con motivo de la celebración de la Semana del Pescado, se alertaba de las cifras preocupantes de prevalencia de la obesidad en la etapa infantil.
 
La obesidad resta años y salud, ya que es un problema que no suele llegar solo, sino que puede venir acompañado de otros trastornos como hipertensión, diabetes, artrosis, enfermedades cardiovasculares, apnea del sueño, artrosis e, incluso, mayor vulnerabilidad a padecer cáncer. Sin embargo, y pese al aumento de la obesidad, no la percibimos como un problema o un factor de riesgo. Pero los datos no dejan lugar a dudas y más de la mitad de la población padece obesidad.
 
Nuestra dieta debe ser variada, sana y equilibrada, con raciones moderadas y con mayor presencia de pescado, frutas y verduras. Las legumbres y los cereales (mejor integrales, porque gracias a su fibra ayudan a regular el tránsito intestinal y prevenir enfermedades) no deben faltar en la dieta, al igual que los huevos. Y no solo lo que comemos, también lo que bebemos. No solo debemos cuidar nuestra hidratación tomando, al menos, un litro de agua al día, sino también limitar las bebidas azucaradas, moderar el consumo de bebidas alcohólicas y limitar los alimentos con alta densidad energética y ricos en grasas y azúcares (bollería, snacks, fritos…). En definitiva, ¿cuál es el plato ideal? Según los especialistas y autores de esta guía, un plato donde haya sitio para los grupos de alimentos esenciales. Un tercio de verduras, una cuarta parte de frutas –mejor de temporada- otra de cereales, carne y pescados no grasos.
 
Son algunas de las recomendaciones que, aunque conocemos, no llevamos a la práctica con la regularidad debida. Asimismo, los especialistas no son ajenos a cómo está influyendo la crisis y las dificultades económicas en el presupuesto familiar dedicado a alimentación. Dificultades para cuadrar las cuentas que nos está llevando a alejarnos de la dieta mediterránea, nuestro patrón dietético y el más equilibrado. Sin embargo, los especialistas y expertos en nutrición también recuerdan que comer sano no tiene por qué ser caro. Así, por ejemplo, el pollo y las legumbres son dos alimentos saludables y nutritivos que ayudarán a equilibrar nuestra dieta y nuestro presupuesto de la cesta de la compra. Los huevos, en los casos en los que no haya problemas de colesterol, también son más económicos y una buena opción para múltiples menús.
 

Planificar nuestra dieta no se basa solo en qué tipo de alimentos consumimos, sino también en programar los menús, repartir las comidas en un horario regular, tratar de comer en familia y en un ambiente relajado o no saltarse el desayuno. Si planificamos nuestros menús también evitaremos caer en la tentación de consumir más comida rápida o precocinada con mayor frecuencia.

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