Cualquier momento del día es adecuado para meditar si aprendemos a utilizar la meditación como una herramienta que nos ayuda a gestionar mejor las emociones, a afrontar con más serenidad los obstáculos y, en definitiva, a vivir más plenamente el día a día. Vamos a descubrir cuáles son los momentos perfectos para prestar atención a la relajación de nuestra mente.
Al levantarnos
Al levantarnos, y para empezar el día con energía y paz, está considerado uno de los mejores momentos para meditar. Dedicar unos minutos al despertar a relajar la mente, antes de afrontar las tareas y responsabilidades cotidianas. Algo tan sencillo que, convertido en hábito, nos ayuda a encarar el día con más serenidad y optimismo.
Al caminar
Salir a caminar es mucho más que dar un paso tras otro. Es la mejor oportunidad de relajar la mente y centrar la atención en lo que nos rodea, en nuestra respiración, en nuestras pisadas y en las sensaciones que nos devuelve el espacio en el que nos encontramos. Libera tu mente observando lo que tienes alrededor, pero sin detenerte ni juzgar.
Al realizar ejercicio
Sí, es posible meditar haciendo ejercicio y que, ya de por sí, reporta beneficios a nivel físico y mental, porque nos ayuda a sentirnos más relajados y a mejorar nuestro estado de ánimo. Pero todavía podemos sacarle más partido si al realizar ejercicio nos centramos en lo que sentimos al hacer cada movimiento, al respirar, notar las sensaciones y situar la mente en lo que estamos haciendo en ese momento. Deja de lado cualquier otro pensamiento y céntrate en lo que estás haciendo en este momento, ya sean abdominales, flexiones…
Al comer
Detenernos en los alimentos, en los colores, en los sabores, en definitiva, comer con los cinco sentidos. Centrar la atención en la comida pasa por crear el entorno adecuado, dedicando al menos 20 minutos, lejos de móviles y ordenadores y sentándonos a la mesa. A partir de ahí, comer con atención nos hará disfrutar más de los alimentos y relajar la mente.
Al salir del trabajo
Dedica 5-10 minutos al terminar la jornada laboral para meditar y serenar la mente para no llevarte a casa el estrés y las preocupaciones laborales. Unos minutos te ayudan a descargar pensamientos negativos y aliviar tensiones. Aprovecharás mejor tu tiempo libre si no te llevas el trabajo en la cabeza para seguir dándole vuelta.
Al dormir
Justo en el momento de irse a la cama, cuando nos liberamos de las preocupaciones y de las tareas del día a día. Dedica 10 minutos simplemente a relajarte. Prepara la habitación para ello, apagando la luz (o dejando una luz muy suave), alejada de ruidos. Basta con tumbarnos y centrarnos en la respiración, relajándonos al ser conscientes de que por hoy la jornada ha finalizado y que puedes descansar. Es más fácil conciliar el sueño cuando nuestra mente se relaja con la práctica de la meditación.
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