¿El estrés condiciona tu vida? Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa, es hora de plantar cara al que está considerado como uno de los enemigos de la salud. El estrés prolongado, propiciado por la hiperactividad diaria, puede hacernos más vulnerables a padecer determinados trastornos -debilidad del sistema inmunológico, trastornos digestivos, dolores musculares, desequilibrios hormonales, entre otros-, por lo que no debemos subestimarlo. Para combatirlo, una de las herramientas más eficaces es el Mindfulness, conjunto de técnicas para favorecer la atención plena y aprender a canalizar las emociones para que no interfieran en nuestro bienestar físico y mental. A través del Mindfulness, y en concreto a través de los ejercicios de respiración, meditación, atención y concentración, podemos empezar a decir adiós al estrés.
Mindfulness para el estrés
El uso de Mindfulness para combatir el estrés no es nuevo. De hecho, el conocido como método de reducción de estrés basado en Mindfulness (MBSR, siglas en inglés de Mindfulness bassed stress reduction), fue diseñado hace más de tres décadas por el doctor Jon Kabat-Zinn en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts para paliar el estrés, ansiedad, depresión, pánico y dolor crónico. Un programa psicoeducativo de 8 semanas cuyos objetivos prioritarios son ayudar a identificar los hábitos y patrones que causan y prolongan el estrés, tanto en el ámbito personal como laboral, aumentar la autoconsciencia, las capacidades cognitivas y paliar los síntomas físicos y emocionales relacionados con el estrés.
Numerosos estudios han constatado en los últimos años los beneficios del mindfulness para reducir el estrés, tales como enseñar a relajarse y a tener conciencia plena del momento sin juzgar ni quedarse anclado en emociones negativas, reducir el malestar general, desarrollar pensamientos positivos, aumentar la autoestima, mejorar la empatía, la toma de decisiones y el nivel de atención.
Otro beneficio importante del mindfulness es que ayuda a cambiar la actitud ante el estrés, enseñando que hay otra manera, más positiva, de afrontarlo y de sacarle partido. En lugar de dejarte llevar por las emociones negativas, cambia el pensamiento a modo positivo. El mindfulness enseña a responder de manera relajada a las situaciones de estrés, ayudándonos a identificar los síntomas emocionales y físicos para aceptarlos como la respuesta a una situación concreta. Al canalizar el estrés evitamos quedar anclados en las emociones negativas.
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