¿Te embarga la tristeza cuando el cielo amanece nublado?, ¿te sientes más cansado por la falta de luz?, ¿el sol te da un extra de energía? Los cambios de temperatura, de humedad o la presión atmosférica pueden influir en nuestro estado de ánimo. De hecho, se estima que más del 50% de la población es meteorosensible, personas capaces en algunos casos de predecir con precisión de meteorólogos los cambios de tiempo por las señales que les envía su cuerpo. Es la repuesta de nuestro organismo que se resiente antes o durante los cambios de tiempo. Dolor de huesos y articulaciones, dolor de cabeza, molestias en cicatrices o problemas respiratorios son las molestias físicas más comunes. Pero el clima no solo afecta a nivel físico, también emocional, sobre todo debido a la falta de luz que pueden aumentar la ansiedad o los episodios depresivos. El cambio de hora y los días más cortos, además de las bajas temperaturas, pueden mermar nuestro estado anímico y hacemos más proclives a la tristeza, enfado o depresión.
Cómo nos afecta el clima
La influencia del clima en el estado de ánimo está avalada por diversos estudios científicos, los cuales constatan cómo influye en el sistema nervioso. Según los expertos, la lluvia y la humedad están más vinculados con los episodios de ansiedad, mientras que los cambios estacionales favorecen las depresiones, estados de euforia y puede agravar los trastornos bipolares. Los trastornos cardiovasculares suelen ser más frecuentes en otoño, debido a las variaciones más bruscas de la presión atmosférica. De hecho, según datos médicos, 8 de cada 10 dolencias de este tipo se producen al final del otoño, cuando la humedad es inferior al 60% la presión es baja.
Las molestas migrañas pueden estar provocadas por los cambios bruscos de presión o de temperatura, al igual que los descensos de azúcar en la sangre. Los vientos secos también pueden causar dolor de cabeza y una mayor sensación de fatiga.
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