Melanoma: Fotoprotección y detección precoz

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Melanoma: Fotoprotección y detección precoz. Educar en hábitos saludables para proteger nuestra piel y reducir los riesgos de padecer melanoma o cáncer de piel. La prevención del melanoma, tal y como explican desde la Academia Española de Dermatología y Venereologia, comienza por conocer los riesgos y prestar atención a las lesiones o alteraciones de la piel que nos resulten sospechosas. Prevención primaria para evitar la aparición de la enfermedad y prevención secundaria para adelantarse al diagnóstico.
 
El cáncer de piel se puede ver, y se puede curar, elevándose prácticamente al cien por cien las probabilidades de curación si se detecta de manera precoz. Un tipo de cáncer que constata que nuestra piel tiene memoria. De hecho, los médicos insisten en proteger la piel especialmente de los más pequeños, ya que las insolaciones o quemaduras, al hacernos mayores, pueden aumentar los riegos de padecer melanoma.
 
Prevención en la que desde hace más de una década (desde el año 1999) incide el proyecto Euromelanoma, con la participación de más de treinta países y cuyo objetivo es promover hábitos saludables para el cuidado de nuestra piel, especialmente durante los meses de verano, época de mayor exposición. Entre estos cuidados los especialistas incluyen evitar prácticas de riesgo como tomar baños de sol, utilizar lámparas para el bronceado artificial (cabinas de bronceado), los deportes o actividades al aire libre. En el caso de la fotodepilación o depilación láser, aunque no se ha constatado una vinculación con el cáncer de piel, sí es conveniente tapar los lunares al utilizarlos y evitar que sean irradiados con el láser con la luz intensa pulsada.
 
Entre los grupos de riesgo, los niños y adolescentes, los mayores de 65 años y aquellas personas con fototipos de la piel I y II. También se incluyen en este grupo aquellas personas que presentan más de 50 lunares en la piel (nevus o nevus atípicos) y aquellas que cuentan con antecedentes familiares de tumor de piel.
 
Ante cualquier lunar o mancha de la piel que nos resulte sospechosa debemos consultar al dermatólogo, sobre todo si la mancha tiene bordes irregulares, es asimétrica, tiene varias tonalidades y aumenta de tamaño. También que vigilar las manchas si pican, sangran o molestan.
 

Protección a medio y largo plazo

El cuidado de nuestra piel debe perseguir objetivos a corto y largo plazo. Así, tal y como recomiendan los expertos, el cuidado de la piel a corto plazo pasa por evitar las exposiciones solares sin protección, identificar los factores de riesgo y las señales de alerta y utilizar de manera adecuado los fotoprotectores (sobre todo en las cremas con fotoprotección solar superior a 20).
 
Nuestra piel, el órgano más extenso de nuestro cuerpo, es especialmente vulnerable durante los primeros años. De hecho, se recomienda reducir las exposiciones lo máximo posible hasta los 20 años, con el fin de evitar las quemaduras especialmente en la infancia y la adolescencia. Tan importante como aplicar una crema protectora es utilizar sombrero, gafas de sol, sombrilla y ropa adecuada. Recomendaciones que, a largo plazo, serán el mejor aliado de nuestra piel y permitirán reducir los datos de prevalencia del melanoma. Recomendaciones en las que hay que incidir en los meses de más calor, pero sin olvidar que la protección de nuestra piel no entiende de estaciones.

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