Malos hábitos en la cocina que engordan

picar mientras cocinas
Echar a ojo los ingredientes de las recetas o comer directamente del paquete son algunos de los gestos o hábitos que, de manera inconsciente, cometemos y que desequilibran nuestra dieta. ¿Quieres saber cuáles son los malos hábitos en la cocina que engordan? Toma nota y rectifica.
 
Si pensamos en aquello que puede dar al traste con la dieta hay que hablar de esos hábitos que inconscientemente repetimos, y sin salir de la cocina. Una buena alimentación empieza con la selección de los alimentos y con su preparación. Descubrimos cuáles son esos gestos o hábitos en la cocina que pueden hacernos engordar. Puede que de manera aislada no tengan importancia, pero si los sumamos, a buen seguro que entenderemos por qué la báscula nos ha vuelto a ganar la partida. Recuerda que nunca es demasiado tarde para modificar ciertos hábitos poco saludables.
 

Costumbres que nos hacen coger peso

¿Cuántas veces echas los ingredientes de las recetas a ojo? Cuidado, porque este es uno de los errores más comunes y uno de los que pueden hacer que nuestra dieta nos haga engordar. Pero no es el único. Te contamos los hábitos o costumbres que conviene desterrar cuando nos metemos en la cocina:

  • No respetar las medidas de los ingredientes: La pizca de sal o el chorro de aceite que añadimos a las recetas para aderezar los platos pueden sumar más calorías de las que pensamos a la dieta. Utilizar tazas y cucharas de medida es útil a la hora de preparar las comidas. Y si seguimos una receta, hacerlo bien, es decir, si pone añadir aceite, bastará con una cucharada, pero no sopera, ya que puede añadir cien o más calorías. Para aderezar los alimentos, puedes utilizar algunos trucos que no suman calorías.
  • Cocinar con demasiada grasa: A la hora de cocinar no hay que excederse ni con la mantequilla ni con el aceite. Si utilizamos el horno, lo mejor es utilizar láminas de papel de aluminio ligeramente engrasadas. Las sartenes y las ollas antiadherentes permiten cocinar con una cantidad muy pequeña de aceite, con lo que recortamos calorías sin perder sabor.
  • Comer lo alimentos directamente del paquete: Desde las patatas fritas, los frutos secos a otros tipos de alimentos o snacks. Esto solo hará que terminemos comiendo más de lo debido, sobre todo cuando el paquete es grande. Además, si picoteamos mientras cocinamos, seguramente tendremos menos hambre a la hora de sentarnos a la mesa y no comeremos correctamente. Los aperitivos son bocados pequeños. Otro consejo, los restos de comida guárdalos en envases pequeños, en lugar de utilizar uno muy grande.
  • Dejar los restos de comida en la cazuela durante la comida o cena: Es decir, antes de sentarnos a la mesa, conviene guardar los restos de comida en envases adecuados y guardados en la nevera. Si dejamos los restos de comida en la cazuela o sartén mientras comemos, hará que repitamos una segunda ración que puede que no necesitemos.
  • Guardar las frutas y verduras: No engordan, así que puedes tomarlas en grandes cantidades. Para ello, nada como dejarlas visibles. Si tendemos a guardar la fruta en la nevera, no pensaremos en ella cuando nos asalte el apetito entre horas. Es aconsejable dejar la fruta a la vista, para aumentar su consumo.
  • Llenar un cuenco con aperitivos para picotear: Dulces, frutos secos… Aunque pueda resultar satisfactorio darse un capricho (y sin olvidar que los frutos secos, en su justa medida, son saludables) y comerse el cuenco lleno, las calorías a sumar te convencerán de lo contrario. Es mejor llenar el cuenco hasta la mitad y con aperitivos menos calóricos o que sacien antes. En un estudio reciente se constató que para reducir el consumo de pistachos basta con tener que pelarlos.

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