Leche: Qué cantidad deben tomar los niños. La leche es un alimento imprescindible en la dieta de los más pequeños, salvo lógicamente en caso de riesgo de intolerancia en los que hay que sustituirla por otros alimentos ricos en calcio. Precisamente su contenido en este mineral, calcio, avala el papel protagonista de la leche en el desarrollo y crecimiento, entre otros, de los huesos. Pero, ¿qué cantidad deben tomar a diario para obtener todos sus beneficios? En caso de intolerancia, ¿por qué alimentos se puede sustituir?
Los beneficios de la leche en la salud infantil, por su alto valor nutritivo, son numerosos. Entre otros nutrientes, la leche es especialmente rica en calcio, mineral apreciado e imprescindible para los huesos. La leche también contiene vitamina D, un nutriente que facilita la absorción del hierro por el organismo y proteínas de buena calidad, y que intervienen en la formación de los tejidos y músculos.
La leche de vaca debe tomar el relevo a la leche materna, aunque lo más recomendable es no hacerlo antes del primer año. La leche materna no solo es la mejor vacuna, sino el mejor alimento para el bebé, sustituyéndola en su caso por leche de fórmula. A partir del año, se recomienda que los niños incluyan en su dieta la ingesta de unos 500 mililitros de leche al día para cubrir sus necesidades de calcio, las cuales se sitúan en torno a los 800 miligramos. A no ser que el pediatra nos indique lo contrario, la leche debe ser entera, manteniendo la dosis de leche diaria hasta los tres años.
No solo durante la infancia la leche es un alimento imprescindible para crecer sanos y fuertes, también a medida que nos hacemos mayores. Es importante que una dieta incluya, al menos, dos raciones de lácteos diarios (dos vasos de leche o un vaso leche y dos yogures).
Tal y como hemos señalado, en algunos casos, por causas de intolerancia a la lactosa o alergias a las proteínas de la leche de vaca, hay que sustituir la leche por fórmulas adaptadas o, si lo toleran, por otros alimentos ricos en calcio, como el yogur. Un vaso de leche equivale a dos yogures o a 50 gramos de queso.
La moderación es una de las claves de una dieta saludable y, en este caso, también, ya que un exceso de lácteos en la dieta puede provocar pérdida de apetito, lo que hará que los más pequeños de la casa no quieran tomar alimentos igual de importantes en la dieta.
Intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa (carbohidrato) puede producir, entre otros síntomas, dolor de tripa, problemas de gases y diarrea. En la mayoría de los casos, los niños intolerantes a la lactosa suelen tolerar el yogur, ya que el proceso de fermentación transforma la lactosa.