Leche materna: Más beneficios, refuerza la flora intestinal. A las propiedades saludables ya conocidas, y que hacen de la leche materna el alimento esencial y más completo para el desarrollo del bebé, se le suma, tal y como han constatado los expertos, el de favorecer el crecimiento de la flora intestinal y, en concreto, de la flora microbiótica, barrera de protección contra las infecciones y problemas de salud y que, al tiempo, favorece la correcta absorción de nutrientes y el desarrollo del sistema inmunitario.
La leche materna es el alimento más completo para el bebé, esencial para su desarrollo y crecimiento durante los primeros seis meses de vida. Beneficios de la leche materna al que los investigadores han sumado uno más, y es el de ser el mejor escudo protector contra las enfermedades y las infecciones. Un efecto que se produce gracias a su papel en el crecimiento de la flora intestinal. Y es que como han constatado los investigadores de la Universidad de Duke, Estados Unidos, en un trabajo publicado en Current Nutrition and Food Science, este desarrollo de la flora intestinal es distinto en los bebés que se alimentan de leche materna. En concreto, favorece en mayor grado su protección al fomentar el crecimiento de la flora microbiótica en el tracto intestinal. Esto se traduce en una mejor absorción de nutrientes y en una mayor protección del sistema inmune.
Entre los beneficios de la leche materna, además de reducir los riesgos de infecciones y que pueden derivar en trastornos de la salud como diarrea, problemas respiratorios o gripe, también ayuda a combatir el desarrollo en etapas posteriores de la vida de alergias, diabetes o trastornos más graves como la esclerosis múltiple. Pero los investigadores tenían claro desde el principio que podía haber más efectos beneficiosos y que todavía no se habían desvelado. En este caso, los expertos se han centrado en la relación entre la alimentación del recién nacido y la forma en que las bacterias se desarrollan.
Para comprobar qué papel desempeña la leche materna, y en concreto sus nutrientes, los responsables del estudio desarrollaron bacterias en leche maternizada, de vaca y materna. En este último caso, la leche fue donada por mujeres y se procesó para la separación de sus componentes (proteínas, hidratos de carbono y grasas). Asimismo, también se probó una variante de la leche materna purificada con la denominada inmunoglobulina A secretora, a la cual se le atribuye la capacidad de ayudar a establecer el sistema inmunológico de los bebés.
Las distintas variantes de leche que se utilizaron en el estudio se incubaron con cepas de la denominada E.coli, una bacteria esencial para los primeros inquilinos del intestino. En una reacción inmediata, las bacterias se multiplicaron, pero lo hicieron de forma diferente. Así, mientras en la leche materna las bacterias lograron formar una biopelícula para hacer de barrera contra las infecciones y los patógenos, en los casos tanto de la leche de vaca como de la leche maternizada el crecimiento de las bacterias fue individual, es decir, no formaron un escudo protector.
Este estudio es la puerta de entrada para seguir conociendo los beneficios de la leche materna y, sobre todo, para mejorar las fórmulas infantiles de leche para los niños que no pueden tomar o recibir leche materna.