Lactancia: Cómo cuidar la dieta de la madre. La alimentación, al igual que en el resto de etapas de la vida, juega un papel esencial, y en el caso de la lactancia materna no iba a ser menos. De hecho, una alimentación desequilibrada puede provocar una disminución de la producción de leche materna, es decir, afectar tanto a la calidad como a la cantidad. Unas sencillas recomendaciones y consejos dietéticos pueden constituir un buen aliado para cuidar nuestra alimentación durante la etapa de la lactancia.
No hay alimento ideal ni mejor vacuna que la lactancia materna, cuyos beneficios son múltiples, tanto para el recién nacido, al que es aconsejable dar de mamar al menos durante los primeros seis meses de vida, como para la propia madre. Una etapa de la vida en la que la alimentación también juega un papel esencial, en este caso la alimentación de la madre. Es importante revisar con el médico cuáles son las pautas básicas para que nuestra dieta no se vea alterada ni desequilibrada, ya que en esta etapa puede afectar a la producción de leche, tanto en cantidad como en calidad.
Durante la etapa de la lactancia hay que renunciar a realizar cualquier tipo de dieta de adelgazamiento, sumándole a la dieta normal 200 calorías más (un vaso de leche o dos yogures). Durante este periodo, la grasa acumulada en zonas como abdomen o caderas, poco a poco se irá disolviendo para producir la grasa de la propia leche. Es decir, la propia lactancia ayuda a la recuperación de la mujer después del parto.
Una de las dudas es si la inclusión de algún tipo de alimento puede cambiar el sabor de la leche materna. Tal y como señalan médicos y expertos, generalmente no es así, y de hecho el niño se acostumbra a los alimentos de la dieta materna.
El cuidado de la alimentación se traduce en una dieta sana, variada y equilibrada. Una dieta en la que no deben faltar los productos naturales, especialmente los de temporada, una de las mejores fuentes y maneras de aprovechar al máximo todos los nutrientes. Capítulo nutritivo en el que no podemos olvidar el tema de la hidratación. Lo aconsejable es ingerir al menos dos litros de líquidos al día (agua, leche, zumos naturales, mejor recién exprimidos).
Otros consejos, los cuales son aplicables a la dieta sana en cualquier etapa de la vida, son no saltarse las comidas, comer despacio y masticar bien los alimentos, para asimilar todos sus nutrientes.
Lactancia materna: ¿Qué comer?
Durante la lactancia materna no pueden faltar en nuestra dieta:
- Grasas. Es aconsejable tomar cada día aceite de oliva virgen y una pequeña porción de mantequilla.
- Lácteos, huevos y frutos secos proporcionan al organismo las grasas necesarias para la producción de leche. En el caso de los lácteos, se aconseja tomar un litro de leche al día (no leche enriquecida) o su equivalente en derivados lácteos (yogures naturales, queso fresco pasteurizado, cuajadas). Los lácteos aportan los elementos necesarios para el cuidado de los huesos y dientes, tanto de la madre como del recién nacido.
- Alimentos ricos en vitaminas y minerales, nutrientes esenciales. Para conseguir la cantidad de yodo necesaria es aconsejable tomar, a menos, tres raciones de pescado a la semana, así como incluir entre 3-4 piezas de fruta variada al día (procura que una de ellas sea un cítrico como pomelo, naranja o mandarina). Entre los frutos secos, almendras, avellanas o nueces.
- Una ración de ensalada variada al día.
- Proteínas. Para conseguir el aporte necesario se recomienda tomar entre tres y cuatro raciones de carne a la semana o cinco de pescado, especialmente el pescado azul (sardinas, chicharros).
- Los hidratos de carbono favorecen el tránsito intestinal y la absorción del calcio. Cereales, legumbres, hortalizas y fruta poseen hidratos de carbono de alto valor biológico y todos ellos deben estar presentes en tu dieta. Las legumbres, en concreto (3-4 raciones a la semana>) aportan fibra y minerales.
- Pan, una ración de 30 gramos en aquellas comidas que no contengan legumbres, pasta, patatas o arroz.
Lactancia: ¿Qué evitar?
Durante la lactancia es aconsejable evitar:
- Productos de bollería industrial, dulces, enlatados y precocinados.
- Bebidas con gas y bebidas alcohólicas.
- Bebidas estimulantes (café, tés, colas…).