La felicidad es uno de los temas de la vida más abordados en la filosofía, la psicología, las artes y la ciencia. Y es que todos aspiramos a ser felices, pero no siempre entendemos qué significa ser feliz, incluso no todos consiguen sentirse felices con su vida. Es lo que suele ocurrirles a las personas con una inteligencia demasiado desarrollada, la cual a pesar de poder otorgarles por ejemplo, éxitos laborales, no parece que la felicidad ronde sus vidas.
¿Son felices las personas inteligentes?
¿Por qué a las personas demasiado inteligentes les cuesta tanto ser feliz? Si eres una persona con alto coeficiente intelectual, tal vez te has preguntado esto muchas veces, por eso es importante comprender qué sucede con las personas inteligentes con respecto a la felicidad.
1. Las personas inteligentes son demasiado analíticas
Analizan todo con exhaustividad, tanto en su trabajo como en su entorno familiar o incluso a ellas mismas. Todo el día piensan sin parar, lo que puede llegar a ser agotador, sobretodo cuando sus pensamientos les llevan a conclusiones negativas. De esta manera, la frustración está asegurada.
Es cierto que la capacidad de análisis de las personas con altos niveles de inteligencia es muy grande y para muchas cosas es muy aprovechable, pero prestar atención a todo lo que ocurre a tu alrededor constantemente puede llegar a ser abrumador, tanto que se pueden llegar a convertir en víctimas de su mente analítica. Un poquito de ignorancia de vez en cuando, puede ser la clave de tu felicidad, pues te evitarás sentimientos negativos de algunos temas en los que no merece tanto la pena enfocarte.
2. Tienen un nivel de exigencia demasiado elevado
Su nivel de exigencia es incluso aterrador, y no sólo con los demás, sino con ellas mismas. Suele suceder que nunca están contentas con sus acciones y lo que consiguen, pues las expectativas son demasiado altas, por lo que acaban frustrándose cuando se topan con la realidad.
Y es que, por lo general, las personas inteligentes tienen poca inteligencia práctica, por lo que sus visiones demasiado idealistas del mundo no les ayudan mucho a la hora de hacer frente a los caminos que la vida ofrece. La decepción suele aparecer en estos casos, afectando profundamente sus emociones.
3. Las personas inteligentes se culpan demasiado
Ser demasiado duro contigo misma puede conducirte a una incapacidad de ser feliz. Lo cierto es que si nunca estás satisfecha de tus logros, es difícil que te sientas plena. Las personas inteligentes analizan profundamente su comportamiento y acciones y constantemente se comparan con altos estándares para ver si cumplen con sus objetivos. Cuando no lo consiguen, que es lo habitual en la vida cotidiana, se juzgan y culpabilizan pensando que pueden mejorar o que debieron haberlo hecho mejor.
Incluso, pueden acordarse de un acto erróneo del pasado y culpabilizarse si aún no lo cumplieron, llenando su estado anímico de culpa y pensamientos negativos que no les permiten dejar entrar a la felicidad en sus vidas.
4. Sus metas y objetivos de vida son demasiado grandes
No se debe dejar de soñar, pero tampoco se puede vivir en un sueño perpetuo. Nuestros sueños son también la base de nuestra felicidad, pero si imaginamos cosas demasiado grandes y pensamos que las lograremos en un sólo paso, es lógico que nos frustremos. Es lo que les pasa a las personas con altos niveles de inteligencia, que cuentan con una imaginación asombrosa, que si no saben controlar puede llegar a frustrarles sin que puedan disfrutar de las cosas buenas que tienen en el presente y en su vida.
La profundidad de pensamiento de las personas inteligentes, puede llevarlos a no aceptar el mundo en el que viven, al toparse constantemente con los obstáculos propios de la realidad que no corresponden con sus metas, objetivos y sueños.
5. No sienten que les comprenden
Para una persona con un alto nivel de inteligencia, encontrarse con alguien que le comprenda puede ser difícil. No todas las personas profundizan sobre cuestiones existencialistas, sobre filosofía, ciencia o lo que sucede en el mundo. No a todas las personas les gusta conocer todo lo que sucede en la vida, sobretodo lo relacionado con los aspectos negativos, precisamente porque parte de su ignorancia es la base de su felicidad.
Aunque los estudios han demostrado que las personas demasiado inteligentes no necesitan socializar tanto como las que tienen una inteligencia media, eso no significa que no sean seres humanos y como tales no se sientan bien al relacionarse con otras personas en su vida. Pero encontrar personas que les guste debatir, que tengan los mismos intereses que ellas y se encuentren a un nivel intelectual semejante, no siempre es fácil. Esto suele hacer a las personas inteligentes más introvertidas y menos sociables, lo que influye directamente en su capacidad de ser felices.
¿Pueden ser felices las personas inteligentes?
«La felicidad en la gente inteligente es lo más raro que conozco”, dijo Ernest Hemimgway. Y es que tal vez las personas inteligentes no conocen uno de los secretos de la felicidad: dirigir tu inteligencia a ser feliz, o como dice el psicoterapeuta Juan Manuel Opi, utilizar tu inteligencia inteligentemente, es decir, «orientada a proporcionarte felicidad más que otras cosas”. Un cambio radical de pensamiento que dirige tu vida a proporcionarte felicidad con lo que tienes, sin dejar atrás tus sueños y dirigiendo tus metas a ser feliz.
Así que, si te has visto identificada con este artículo, tal vez no sea mala idea dirigir tu inteligencia hacia ser feliz, y si no sabes cómo, tal vez puedas introducirte en el fascinante mundo de la felicidad y aprender sobre ello, convirtiéndose en una de tus metas y retos de vida. Y ya sabes, no tiene nada de malo, acudir a alguien que te ayude, o si lo prefieres, que te enseñe y te aporte la sabiduría que aún no has descubierto.
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