Ictus: cómo reconocer los síntomas. El ictus, infarto cerebral o embolia es una enfermedad cerebrovascular que afecta a las arterias del cerebro. El reciente caso de la actriz Silvia Abascal ha puesto de actualidad una enfermedad que se presenta acompañada de una serie de síntomas como pérdida del habla, vértigo pérdida de sensibilidad en una parte del cuerpo. Reconocerlos puede ayudar a actuar más rápido evitando que las secuelas o consecuencias de esta enfermedad sean mayores.
Cuando las células del cerebro, bien por causas isquémicas (el flujo sanguíneo se para) o hemorrágicas, se quedan sin oxígeno se produce el accidente cerebro vascular o también conocido como ictus. Al quedar sin función se producen diversas consecuencias, desde la pérdida del habla a la parálisis de una parte del cuerpo.
El reciente caso de la actriz Silvia Abascal ha centrado el foco de atención en una enfermedad de la que año se diagnostican en nuestro país unos 125.000 casos. Aunque se trata de una patología severa más frecuente en pacientes mayores, un porcentaje importante de casos también se dan en personas menores de 45 años. La arteroesclerosis es la causa principal del ictus o infarto cerebral, aunque puede deberse a una embolia cerebral. Además, en las causas hemorrágicas, según los expertos en medicina, también influyen la hipertensión arterial o la presencia de alguna malformación congénita de las arterias.
Pero hay más causas, y como en todas las enfermedades, prevenir es salud:
- La buena salud está directamente relacionada con una alimentación sana y equilibrada.
- Diabetes
- Consumo de tabaco y otras sustancias nocivas para la salud.
- La falta de ejercicio
- Problemas de obesidad
- Problemas cardiacos
El ictus viene acompañado de una serie de síntomas. Conocerlos te ayudará a saber que estás ante una situación que requiere acudir de manera inmediata a un centro hospitalario. De lo rápido que se actúa dependerá en gran medida la evolución y las secuelas que pueda conllevar esta patología.
- Pérdida de sensibilidad tanto en las extremidades como en la cara, así como de fuerza.
- Dificultad para vocalizar y alteración del habla.
- Dolores de cabeza.
- Problemas de visión.
- Vértigo o pérdidas de equilibrio.
Es conveniente prestar atención a los síntomas, y consultar al médico aunque se haya producido un leve episodio transitorio, ya que en ocasiones el paciente podría estar sufriendo un ataque isquémico que, si trata a tiempo, puede evitar el infarto cerebral.
