Ibuprofeno: ¿Cuál es la dosis correcta?

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Ibuprofeno: ¿Cuál es la dosis correcta? No más de 400 miligramos cuando recurrimos al ibuprofeno, uno de los medicamentos más conocidos y comunes del botiquín, para mitigar dolores leves o moderados, como el dolor de cabeza, muscular o dental. Administrar o tomar la dosis correcta es tan importante como no saltarse los horarios de dosificación. El ibuprofeno es, fundamentalmente, un buen aliado para tratar los problemas inflamatorios, y para que siga siendo igual de eficaz lo mejor es no abusar de su consumo.
 
La tendencia a automedicarse no solo atañe a los antibióticos, sino también a medicamentos más comunes como el ibuprofeno, analgésico, antipirético y uno de los más eficaces en el tratamiento antiinflamatorio no esteroide y eficaz para mitigar los síntomas de trastornos que cursan con dolor leve o moderado, como el dolor de cabeza, los dolores dentales, dolores musculares, articulares, menstruales o postquirúrgicos. El ibuprofeno también ayuda a mitigar los síntomas en casos de fiebre. Por sus propiedades antiinflamatorias, el ibuprofeno también se utiliza en los casos de artritis, artritis gotosa o artritis reumatoide. Precisamente, su versatilidad es lo que ha hecho que el ibuprofeno se convierta en uno de los medicamentos más vendidos y consumidos en nuestro país (según datos de 2011 se vendieron más de 90 millones de envases).
 
¿Cuál es la dosis recomendada de ibuprofeno? En estos casos, y por la intensidad leve del dolor, según las recomendaciones de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria, SEFAC, no conviene sobrepasar los 400 miligramos por dosis (tomadas, al menos, cada seis horas), no sobrepasando de tres tomas diarias. Abusar del ibuprofeno puede conllevar efectos secundarios, como el perder su efectividad o, entre los más severos, aumentar los riesgos cardiovasculares. Solo en caso de dolores graves se recomienda tomar la dosis de 600 miligramos, siendo recomendable consultar al médico sobre la correcta utilización de los fármacos.
 
Otro efecto secundario es que el ibuprofeno es un gastrolesivo, por lo que en algunos casos puede provocar alteraciones de la función renal. Además, si se combina con alcohol puede agravar las molestias gástricas. En estos casos, aunque comamos algo antes de tomar el medicamento lo único que conseguiremos en reducir el daño directo sobre la mucosa, pero los riesgos son los mismos.
 

Ibuprofeno: Medio siglo de historia del analgésico

El ibuprofeno se ha convertido en un inquilino constante de nuestro botiquín, casi en mayor medida que el paracetamol o la centenaria aspirina. Es uno de los analgésicos más consumidos y fue creado hace medio siglo en Nottingham, Reino Unido, de la mano de Stewart Adams y sus compañeros de la farmacéutica Boots. En la década de 1960 se aprobó su uso para el tratamiento de la artritis reumatoide. A partir de los 80, comenzó a venderse sin receta. Hoy en día, su uso se ha ampliado a otras muchas patologías. Un uso que debe ser responsable para que el ibuprofeno siga siendo tan eficaz como lo ha demostrado hasta ahora, porque como todo medicamento que se precie, no está exento de los efectos secundarios. De ahí la importancia de hacer un consumo y uso responsable de los fármacos y, en la medida de lo posible, evitar la automedicación.

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