Hernia de disco: Cómo detectarla y tratarla. El dolor es uno de sus síntomas más característicos, acompañado de rigidez cervical y hormigueo o entumecimiento de los brazos. Las causas de la hernia de disco pueden ser múltiples, desde traumatismos, sobrepeso a la pérdida de fuerza de la musculatura. La herencia genética y el envejecimiento de las estructuras de la columna vertebral también son factores a tener en cuenta. La hernia de disco es una patología que requiere ser diagnosticada y tratada.
Nuestra columna está formada por vértebras (huesos conectados). El disco, formado por tejidos conectivos, actúa como una especie de amortiguador entre las vértebras. Cuando el disco, sobre todo al hacernos mayores, pierde eficacia puede provocar un desplazamiento de su centro –hernia o disco roto- a través de una fisura en la capa externa.
La hernia de disco puede aparecer en la columna cervical, en la dorsal o en la lumbar. Se produce por la entrada del disco intervertebral en el canal medular, afectando o comprimiendo la médula espinal o a los nervios raquídeos. Los síntomas más comunes, dolor, incapacidad funcional y rigidez. De hecho, acciones o gestos tan cotidianos como toser, conducir, levantarse o doblar la espalda pueden desencadenar dolor.
Cuando la hernia de disco se localiza en la zona superior de la columna suele llegar acompañada de sensación de hormigueo y adormecimiento en el cuello, en los brazos y en la espalda. El dolor aumenta con la actividad y mejora con el reposo.
Por su parte, cuando la hernia se localiza en la zona baja o lumbar, suele aparecer dolor lumbar, dolor irradiado a un glúteo o a la pierna, pérdida de fuerza y molestias al movernos. En este caso, el reposo también mitiga el dolor.
Además de la sintomatología, para el diagnóstico de la hernia de disco se realizan varias pruebas. El estudio neurológico permite localizar y valorar la hernia, así como los reflejos, sensibilidad y fuerza muscular. Otras pruebas para visualizar el problema son los estudios radiológicos, el escáner de la columna vertebral o una resonancia magnética.
¿Se puede prevenir la hernia de disco? La mejor prevención es mantenernos activos y en forma, con la práctica de ejercicio físico como aliado. También es aconsejable cuidar nuestra espalda y las posturas, como el arquear la espalda, sobre todo hacia atrás, ya que es la zona más sensible y la que sufre un mayor número de lesiones.
Tratamiento
Cuando aparecen los primeros síntomas de la hernia de disco, el tratamiento inicial se basa en administrar fármacos como antiinflamatorios no esteroides, analgésicos, miorrelajantes. La masoterapia, ondas cortas o ultrasonidos, también pueden ayudar a mejorar la eficacia del tratamiento.
Si después de completar el tratamientos los síntomas no remiten, sino que aumentan al mismo tiempo que se pierde fuerza, sensibilidad o movimiento de una extremidad, el médico debe plantear la opción del tratamiento quirúrgico.
Hernia discal: Cervical y lumbar
Los síntomas de la hernia discal cervical son el dolor, rigidez cervical, incremento del dolor al girar o doblar el cuello, dolor irradiado al brazo, dolor agudo al toser o hacer esfuerzos, hormigueo y entumecimiento de los brazos.
Por su parte, los síntomas de la hernia discal lumbar son el lumbago severo, dolor irradiado a glúteos o piernas, pérdida de fuerza en extremidades inferiores, debilidad muscular, dolor agudo al toser o realizar esfuerzos, hormigueo o entumecimiento en piernas o brazos.