Si hay fractura de costillas, los tratamientos a seguir pasan todos por el reposo. En ningún caso, debemos mover o presionar la zona afectada. Los síntomas de una fractura, bien sea un ligero corte o directamente rotura del hueso, son dolor agudo de tórax e inflamación.
No es una lesión fácil de curar, pero aunque el tratamiento sea largo no debemos acelerar la recuperación. En algunas ocasiones, la fractura también puede afectar a otros músculos y ligamentos.
La fractura de costillas es una lesión habitual entre los deportistas y entre las personas de más edad. Pero hay otras causas que también pueden derivar en fractura:
- Golpe en el pecho.
- Caída.
- Ataques continuado de tos.
- Debilidad de los huesos (osteoporosis, envejecimiento…).
- Práctica de deportes de riesgo.
- Por un movimiento reiterado de los brazos y que exija levantar peso.
Además del reposo, conviene proteger la zona lesionada con un vendaje o protector para el pecho y evitar así cualquier otro golpe. Para calmar los dolores, el médico puede recetarle algunos medicamentos, como ibuprofeno o paracetamol, así como algún antiinflamatorio.
A medida que avanza el tratamiento, la inflamación y los dolores irán remitiendo. No conviene forzar y realizar actividades que exijan un gran esfuerzo, puesto que la lesión podría reaparecer. Lo que sí es recomendable durante el tratamiento es realizar alguna serie de ejercicios respiratorios para ayudar a nuestra caja torácica a recuperar los movimientos.
Si la lesión es muy importante y los dolores cada vez más intensos, el médico puede aconsejar inyecciones para anestesiar de manera temporal la zona afectada.
Aunque no siempre es posible evitar una lesión de este tipo, algunos consejos sobre cuidados pueden ayudar. Por ejemplo, utilizar la indumentaria y protectores adecuados si se practica deporte de riesgo, calentar antes de una actividad deportiva, incrementar el calcio en nuestra alimentación, dejar de fumar y evitar cargar mucho pe