Fractura de cadera: ¿Cómo y por qué sucede? La fractura tiene lugar cuando se produce la rotura de alguno de los huesos que forman la articulación de la cadera, siendo la más frecuente la rotura del extremo superior del fémur. Aunque puede darse a cualquier edad, lo cierto es que las personas mayores son más vulnerables, generalmente debido a que a partir de una edad los huesos se pueden volver más porosos por la falta de calcio. De igual manera, las mujeres también son más propensas al tener un mayor riesgo de osteoporosis. Cuáles son los síntomas, el tratamiento y, sobre todo, ¿se puede prevenir?
Una caída suele ser el motivo más frecuente de la fractura de cadera. De hecho, según datos médicos, se estima que es la consecuencia de la fractura en más del 90% de los casos. Entre los síntomas, los más comunes son el dolor intenso en la cadera y en la ingle, la aparición de moratones y de hinchazón en la zona afectada, las dificultades para mover la extremidad o ponerse de pie y, en algunas ocasiones, la pierna lesionada se puede ver más corta o estar rotada hacia afuera.
En la mayoría de los casos de rotura de cadera es necesario recurrir a la cirugía. En los casos de fractura mínima, o cuando el estado de salud o la edad del paciente desaconsejan la operación, se puede optar por inmovilizar la articulación mediante tracción, es decir, estirar la extremidad para tratar de realinear la articulación. En el caso de cirugía, la técnica más utilizada es la implantación de una prótesis en sustitución de la parte del fémur fracturada.
En el caso de que la persona padezca osteoporosis, más frecuente entre las mujeres y una de las causas que nos hace más vulnerables a sufrir una rotura de cadera, se suele colocar una prótesis cementada, debido a la fragilidad de los huesos.
El tiempo de recuperación tras sufrir una fractura de este tipo dependerá en gran medida del propio estado de salud en el que se encuentre el paciente. Generalmente, la media de alta hospitalaria es de una semana, aunque posteriormente sea necesario ayudarse de unas muletas para caminar durante un tiempo, entre uno y dos meses. Asimismo, para una mejor recuperación es recomendable realizar ejercicios de rehabilitación, los cuales nos ayudarán a fortalecer los músculos. Aproximadamente en un plazo de tres meses, si todo marcha según lo previsto, el paciente puede estar totalmente recuperado.
¿Se puede prevenir?
Hábitos como la práctica de ejercicio físico de manera regular nos reporta, entre otros muchos beneficios, el de fortalecer los músculos y aumentar nuestra agilidad. También es importante prevenir la osteoporosis o, al menos, tratar de reducir los síntomas. En este caso, la alimentación juega un papel esencial para la salud de nuestros huesos y músculos. Es aconsejable tomar alimentos ricos en calcio, tales como leche y sus derivados, así como vitamina D, presente sobre todo en el pescado azul. Dejar de fumar y evitar el consumo excesivo de alcohol son otros de los consejos saludables para prevenir las fracturas de huesos, las cuales pueden ser la primera manifestación de la osteoporosis.
En el caso de tener dificultades para caminar, lo más aconsejable es ayudarse de un bastón o un andador, para evitar los riesgos de caídas y de roturas.