Estrés laboral: síntomas y tratamiento de un malestar o trastorno en el que la mente juega un papel importante. Tener un trabajo que no te gusta o en el que no te sientes cómoda puede ser incluso más estresante que el exceso de carga o responsabilidad laboral. En el caso de las mujeres hay que tener en cuenta otros factores, como la doble jornada (trabajar fuera y dentro de casa), las responsabilidades familiares o la competitividad del mundo laboral. Las señales de alarma pueden ser tanto físicas como emocionales.
Decaimiento, cansancio, inseguridad, apatía, dificultad para tomar decisiones, e incluso ira contenida son algunos de los síntomas más habituales cuando se desencadena un episodio de estrés. Pero además, el estrés laboral conlleva otra serie de desarreglos o síntomas físicos como:
- Taquicardias
- Dolores de cabeza
- Dificultades para conciliar el sueño
- Boca seca y frecuente sudoración
- Ansiedad
- Náuseas
- Dolores musculares
- En el caso de las mujeres, desarreglos en la menstruación (amenorrea o dismenorrea).
- Incremento de la presión arterial.
- Incremento de los niveles de azúcar en sangre.
Si la situación que nos provoca estrés se mantiene en el tiempo, puede convertirse en un problema serio de salud. El estrés no aparece de forma repentina, sino que se va manifestando progresivamente a través de los síntomas anteriormente señalados, hasta configurar un cuadro de alteraciones tanto psíquicas como somáticas. El estrés laboral también afectará a nuestros hábitos alimenticios y, en el caso de los fumadores, a que consuman más tabaco.
El estrés puede afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque en el caso de ellas hay que tener en cuenta otro factor como es el de la doble jornada, es decir, el asumir la responsabilidad de trabajar fuera de casa y dentro (tareas domésticas, educación de los hijos…). En este caso, la solución pasa por el reparto de las tareas y por aprender a delegar.
Ante una situación puntual de estrés, el motivado por ejemplo por un cambio laboral, el reposo puede ser el mejor tratamiento. Sin embargo, cuando se mantiene en el tiempo hay que acudir a la consulta del psicólogo o al especialista en Medicina del Trabajo para que nos ayude a establecer una serie de pautas y prioridades y, sobre todo, a tratar de cambiar y controlar los factores que desencadenan el estrés. A la hora de tratar el estrés es importante:
- Establecer un horario de comidas y de sueño. Es aconsejable realizar un análisis de sangre para determinar si tiene falta de vitaminas o de hierro. Para conciliar el sueño, si el estrés es muy elevado se puede recetar algún tipo de fármaco que te ayude a dormir. Prueba también con la manzanilla que tiene efectos tranquilizantes.
- Reserva una parte del día a realizar aquella actividad que más te gusta, desde practicar algún tipo de deporte como gimnasia o natación, ir al cine…
- Procura no mezclar las parcelas de la vida laboral y la vida familiar.
- En el trabajo, no te desbordes. Establece una lista de prioridades y objetivos a corto plazo y no adelantes situaciones de fracaso.
- Aprender técnicas de relajación ayudará a controlar nuestra ansiedad y nuestros temores a no poder sobrellevar una situación.
- En ocasiones, el estrés puede requerir un tratamiento a base de tranquilizantes o ansiolíticos, los cuales deberá ir dejando de forma progresiva
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El estrés laboral, si no se diagnostica a tiempo, puede ser causa de absentismo y de una larga baja. ¡Aprende a cuidarte y recuerda que el trabajo no lo es todo!
