La enfermedad de Crohn es una patología inflamatoria, crónica y autoinmune que afecta al tubo digestivo. Es, junto a la colitis ulcerosa, una de las dos patologías que engloba la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), y de la que según datos médicos hay más de 200.000 afectados en nuestro país.
El diagnóstico puede demorarse hasta un año desde la aparición de los primeros síntomas. Pese a su prevalencia cada vez mayor (según datos médicos, una media de 7.500 nuevos diagnósticos al año), se desconoce lo que significa vivir con la enfermedad de Crohn. Patología que, en los episodios de intensidad mayor (brotes) puede impedir hasta tomar un vaso de agua.
La enfermedad de Crohn presenta una mayor prevalencia entre las mujeres, mientras que la colitis ulcerosa suele ser más frecuente entre los hombres.
Síntomas de la enfermedad de Crohn
- Dolor abdominal (cólicos)
- Diarrea (puede alternarse con periodos de estreñimiento)
- Úlceras
- Fiebre
- Cansancio
- Pérdida de apetito y de peso
- Déficit de absorción de nutrientes
- Sensación de hinchazón
- Inflamación de las articulaciones
- Lesiones cutáneas y aparición de placas de color rojo en la piel
- En algunos casos, pueden aparecer piedras en la vesícula o riñón
¿En qué se diferencian la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa?
Mientras que la enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier parte del tubo digestivo, la colitis ulcerosa, patología que también se considera crónica, autoinmune e inflamatoria, afecta al colon o intestino grueso.
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa comparten algunos de los síntomas, ambas evolucionan en brotes y se desconocen gran parte de sus causas. Sí que se sabe que influye la predisposición genética, la alimentación, el hábito de fumar o la higiene durante la infancia.
Diagnóstico de la enfermedad de Crohn
El diagnóstico de la enfermedad de Crohn es esencial prescribir el tratamiento adecuado, el cual no termina cuando remiten los brotes, sino que los pacientes deben extremar los cuidados y vigilar su alimentación y hábitos durante el resto de sus vidas.
Para confirmar el diagnóstico, además de los análisis clínicos y las pruebas de imagen abdominal (radiografía, ecografía, resonancia magnética), puede ser necesario realizar unas pruebas endoscópicas (colonoscopia, enteroscopia, gastrocospia o cápsula endoscópica, según la zona a examinar).
Tratamiento de la enfermedad de Crohn
Para su tratamiento, además de prescribir medicamentos para aliviar los síntomas, el médico recomendará revisar la dieta, incluyendo suplementos de vitamina B12, vitamina D y calcio, beber mucha agua y evitar los alimentos lácteos, los alimentos grasos, los alimentos ricos en fibra o que provoquen gases.
En los casos más severos, o cuando el paciente no responde al tratamiento con fármacos, el médico puede recomendar la cirugía, especialmente cuando se presenta alguna de las posibles complicaciones de la enfermedad de Crohn (obstrucción intestinal, fisura anal, abceso perianal, entre otras).
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