Dormir: ¿Cómo saber si sufres insomnio? El sueño es, ante todo, reparador, esencial para garantizar el bienestar físico y emocional. Aunque todos, en algún momento concreto, hemos tenido problemas para conciliar el sueño, cuando se convierte en recurrente estamos ante un problema de insomnio. No solo las dificultades para conciliar el sueño influyen en el descanso, también el despertarse una o varias veces durante la noche o levantarse cansados pese a haber dormido las horas necesarias.
Dormir es fundamental para nuestra salud, tanto física como emocional, ya que durante el descanso nuestro cuerpo se regenera y el cerebro se reactiva, aumentando la memoria y la capacidad de concentración. El sueño interfiere en más procesos, ya que dormir bien ayuda a controlar el apetito y, con ello, a evitar aumentar de peso. Un sueño reparador es la mejor recompensa para nuestro organismo después de la jornada. Pero en ocasiones conseguir ese descanso puede ser precisamente lo que nos quita el sueño. Dificultades para conciliar el sueño que nos hacen más vulnerables a padecer insomnio, un trastorno del sueño que puede deteriorar nuestra calidad de vida y salud.
Pero, ¿cómo saber si padecemos insomnio? Todos en algún momento puntual, por diferentes circunstancias, hemos dormido mal una noche o no hemos logrado conciliar bien el sueño. ¿Tardas más de veinte minutos en dormirte?, ¿te despiertas más de una vez cada noche?, ¿duermes menos de 6-7 horas al día?, ¿te sientes cansado o somnoliento durante todo el día? Si tu respuesta, a dos o más preguntas, es afirmativa, estaríamos ante un posible problema de insomnio, cuya intensidad (leve, moderado o severo) debe ser valorada por el médico o especialista.
Cambiar los hábitos
Si nos cuesta conciliar el sueño lo más aconsejable es mantener unos horarios, es decir, levantarse y acostarse a horas similares. Para mejorar la calidad del sueño y evitar alteraciones hay otra serie de sencillos consejos que podemos poner en práctica. Practicar ejercicio físico es, junto a la revisión de la dieta, uno de los hábitos saludables que debemos adquirir. Los especialistas aconsejan realizar al menos dos horas y media a la semana. La pereza no debe ser excusa en cuestión de salud y hasta un ejercicio tan sencillo como andar nos puede reportar interesantes beneficios.
El ejercicio físico puede mejorar más de un 65% la calidad del sueño, ya que entre otros beneficios favorece la producción de serotonina. Lo más aconsejable es practicar ejercicio matutino, ya que hacerlo por la noche, si tenemos problemas para conciliar el sueño, puede activarnos o despejarnos aún más.
Otro consejo es suavizar la luz ambiental en las horas previas a irnos a la cama. Y apagar el ordenador y los dispositivos electrónicos al menos media hora antes nos ayudará a desconectar y a dormir mejor.
Las digestiones pesadas también pueden desvelarnos e interferir en el descanso, por eso lo mejor es optar por cenas ligeras y, sobre todo, evitar el consumo de bebidas alcohólicas. Y, por último, para conseguir un ambiente relajado, pon música suave y rocía la almohada con unas gotas de agua de lavanda.