Día Nacional del Celiaco: Vivir sin gluten. Aprender a convivir con la celiaquía pasa, ineludiblemente, por aprender a vivir sin gluten. La celiaquía, según datos médicos, afecta al 1% de la población, aunque su diagnóstico no siempre es fácil ya que sus síntomas pueden ser muy variados, e incluso, no manifestarse. Y ésta es precisamente una de las asignaturas pendientes, mejorar el diagnóstico. El primer paso, y éste es el objetivo de este Día Nacional, es hacer visible la celiaquía y concienciar sobre las consecuencias que puede conllevar para la salud la sensibilidad al gluten.
La celiaquía, intolerancia crónica al gluten (alimentos que incluyen derivados del trigo, centeno, avena y cebada), puede presentarse a cualquier edad. Entre sus síntomas se incluyen la pérdida de apetito y de peso, cansancio, vómitos, náuseas, distensión abdominal, diarrea, anemia o pérdida de masa muscular. Pero los síntomas no siempre son tan evidentes, lo que dificulta su diagnóstico, una de las asignaturas pendientes de la celiaquía, ya que según datos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España, un porcentaje notable (en torno al 75%) estaría sin diagnosticar. Cifra que la Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten eleva hasta casi el 90%.
Diagnosticar y tratar la celiaquía, una patología autoinmune, es esencial, ya que estamos ante una intolerancia digestiva crónica que puede preceder, o llegar acompañada, de otros trastornos asociados, entre ellos, la dermatitis herpetiforme, diabetes, problema de tiroides o intolerancia a la lactosa. Aunque la celiaquía no está considerada como una enfermedad hereditaria, sí lleva pareja una predisposición genética a padecerla. Hay otros factores externos que pueden estar vinculados con la celiaquía, tales como la edad de introducción de gluten en la dieta (es aconsejable introducir los cereales con gluten en la dieta complementaria de los bebés entre los 4 y los 7 primeros meses), la lactancia materna –uno de sus efectos es prevenir su aparición- o ciertas infecciones intestinales.
La dieta sin gluten es el único tratamiento posible para la celiaquía. Una dieta más cara, motivo por el que las asociaciones habían solicitado –y este año lo han logrado- la reducción del IVA para determinados alimentos, como las harinas y el pan sin gluten. También se han incorporado nuevos productos sin gluten a la cesta de la compra de los celiacos. Además, la celiaquía ha comenzado a hacerse más visible, y como prueba de ello es que cada vez son más los establecimientos o locales de comidas que incorporan menús específicos sin gluten. Otra de las demandas de los celiacos es mejorar el etiquetado de los alimentos.
Precisamente, en cuestión de alimentación sin gluten, el portal Gluten Free Roads, ha puesto en marcha una sección para viajar y comer sin riesgos en todos los destinos posibles. Así, entre los consejos, ponerse en contacto con las asociaciones del lugar de destino para recabar la información necesaria, llevar los alimentos más básicos sin gluten para los primeros días de viaje o tener cuidado con el consumo de algunos alimentos, como el arroz, ya que pueden haberse preparado en recipientes donde se hayan cocinado otros alimentos (contaminación por contacto).