El síndrome de Down no es una enfermedad, sino una alteración genética que se produce de forma natural y espontánea. Con motivo de la celebración del Día Mundial el sábado 21 de marzo, Down España ha puesto en marcha una campaña La vida no va de cromosomas, cuyo objetivo es aumentar la sensibilización social hacia el Síndrome de Down y mejorar así la inclusión del colectivo.
La única diferencia entre las personas con síndrome de Down y las que no lo tienen es la presencia de un cromosoma extra. En concreto, un cromosoma extra, o una parte de él, en la pareja cromosómica 21, de ahí que las células de las personas con síndrome de Down tengan 47 cromosomas con 3 cromosomas en dicho par (trisonomía 21), cuando lo habitual es que sean dos.
Tal y como recoge el manifiesto del Día Mundial 2015, el desarrollo de la humanidad se basa en la diversidad, de la que la discapacidad es una parte indisociable y a la que contribuye de manera positiva. La dignidad del ser humano es inherente a toda persona y nos obliga a todos a considerarla digna de Derechos que deben ser respetados. Las personas con síndrome de Down son un ejemplo más de esa diversidad, y como tal deben sentirse orgullosas de aportar nuestra forma de ser al conjunto de la sociedad. No hay mayor ejemplo de superación ética que la que surge al tratar la fragilidad, la vulnerabilidad y la fugacidad del ser humano, por ser quién es.
Manifiesto Día Mundial «Las personas con síndrome de Down somos seres humanos dignos de todo Derecho. No queremos compasión ni ningún tipo de segregación. Queremos nuestro espacio y ser considerados un ciudadano más en esta sociedad que también es nuestra. Que pedimos que nuestra sociedad se haga más fuerte y valiosa, que admita la diversidad en su seno y que nos acepte en ella. Y que esté dispuesta a utilizar los recursos (también económicos) que conlleva esta opción.
Que las familias de las personas con Síndrome de Down son todo un ejemplo de que la vulnerabilidad y la dependencia son un valor humano en sí mismo. Toda familia que atiende y apoya a su hijo con síndrome de Down nos traslada el siguiente mensaje Yo podría haber sido él y le doy apoyo por ser el ser humano que es.
Que queremos destacar el optimismo y la vida de nuestras familias que lejos de encerrarse en el desencanto, han descubierto la fuerza del cariño y el valor de las cosas realmente importantes.
Que la vida no va de cromosomas. Que la felicidad no descansa en las dificultades que nos impone el destino al nacer. Que una Vida plena depende de lo que estemos dispuestos a luchar y a vivir por ella y que esa biografía nunca, nunca estará escrita de antemano, marcada por nuestra discapacidad, nuestro género, nuestra edad o nuestra naturaleza genética.
Por eso pedimos que este Día Mundial del Síndrome de Down sea un día de celebración de la vida de las personas con síndrome de Down, y de orgullo por lo que ellos y sus familias nos enseñan en el día a día».
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