Dejar de fumar: Tu piel te lo agradecerá. Y lo hará casi de manera inmediata, ya que prácticamente al mes de abandonar el hábito del tabaco comienzan a notarse los efectos beneficiosos sobre la piel. Y es que fumar, aunque solo sea un par de cigarrillos al día, pasa factura a nuestro organismo y a nuestra piel, el órgano más extenso por cierto. El tabaco, tal y como subrayan los médicos y especialistas, es un potente oxidante, productor de radicales libres que aceleran el envejecimiento de la piel. Nuestra piel, otro motivo para más para dejar de fumar.
El tabaco es perjudicial para la salud, tal y como ya sabemos, y eso incluye la piel. Fumar no solo no nos reporta ningún beneficio sino que acelera el envejecimiento de la piel, haciendo que pierda luminosidad y brillo. Esto es consecuencia directa de la nicotina y el resto de sustancias que incluye un cigarrillo, un potente oxidante que facilita la producción de radicales libres. Si queremos que nuestra piel recupere luminosidad y esté más hidratada, debemos sumarlo a los argumentos por los que deberíamos dejar de fumar. Los efectos del tabaco varían en función del tipo de piel, aunque si, por ejemplo, tenemos una piel seca, la tendencia será a perder luminosidad y a adquirir una tonalidad más grisácea, fina y con falta de densidad. Además, el tabaco es una de las causas de la aparición temprana de arrugas.
No es el único efecto nocivo para la piel, ya que el tabaco también puede ensuciar la dermis, con la aparición de poros dilatados y obstruidos por el alquitrán del humo. Los puntos negros y la falta de elasticidad pueden delatar a un fumador o fumadora.
Hay que señalar que todos estos efectos que pueden reflejarse en nuestra piel por el consumo de tabaco se deben a la constricción de los vasos sanguíneos provocada por la nicotina. Esto provoca que se reduzca la cantidad de oxígeno que llega hasta las células, acelerando su envejecimiento. En otras palabras, y según los especialistas, fumar un cigarrillo provoca una vasoconstricción durante cerca de hora y media, al tiempo que reduce los niveles de vitamina A, la producción de elastina y colágeno e incrementa la viscosidad de la sangre.
Fumar menos reduce los efectos
Dejar de fumar no es siempre es fácil. Reducir la cantidad puede ser una medida transitoria para evitar el síndrome de abstinencia mientras se va dejando, pero lo cierto es que dejarlo de manera definitiva es la decisión más saludable –además de unos de los propósitos de año nuevo más comunes- que podemos tomar. Fumar menos o de manera ocasional es igual de perjudicial. Si nos centramos en la piel, los efectos también se notan, ya que estará poco nutrida.
No es el único hábito poco saludable para la piel, ya que el consumo excesivo de bebidas alcohólicas también puede pasar factura, ya que el alcohol debilita las paredes de los capilares, lo que provoca una aparición más temprana de arrugas o el enrojecimiento de los pómulos.