Cuidado de las mamas: Alteraciones benignas

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Cuidado de las mamas: Alteraciones benignas. Toda mujer, a lo largo de la vida, ha sentido en algún determinado momento cierta molestia o incomodidad en la mamas, por ejemplo en los días previos a la menstruación (lo que se conoce como mastalgia o dolor mamario) o en el inicio del periodo de gestación. Incluso en algunos casos pueden aparecer bultos benignos. Las mamas cambian de forma y de tamaño desde la pubertad hasta la vejez. Las alteraciones, aunque sean benignas, debemos prestarles atención.
 
Constituyen una de las partes esenciales del cuerpo de la mujer. Las mamas experimentan cambios desde el inicio de la pubertad hasta la vejez, cambios a los que debemos prestar atención porque algunos de ellos requerirán diagnóstico y tratamiento médico. Tanto si trata de un tejido fibroso como de un quiste, es conveniente consultar al especialista, porque aunque la mayoría de los bultos son benignos, también puede tratarse de una señal de tumoración cancerígena, caso en el que la detección precoz es esencial.
 
Entre las alteraciones mamarias se encuentra la denominada mastalgia, dolor de mamas, el cual generalmente no suele ser síntoma de un problema grave. La mayoría de las mujeres notan que la intensidad del dolor mamario varía a lo largo del ciclo menstrual. Un dolor que generalmente va desapareciendo a medida que se acerca la etapa de la menopausia.
 
El dolor mamario también puede deberse a otros factores, como el propio peso de las mamas, un tirón muscular o la presencia de un quiste o una infección. La mejor forma de descartar posibles complicaciones es realizarse una mamografía. El dolor también puede aparecer después de realizar un esfuerzo físico (cargar peso, prácticar deporte), o en una situación estresante. La ropa que llevamos, y en concreto el tipo de sujetador (tamaño correcto y que se adapte bien), también puede influir en la aparición de molestias en las mamas. Y, por último, el tipo de alimentación. Y es que es aconsejable reducir el consumo de sal y los alimentos ricos en grasas, así como el exceso de cafeína. Hábitos que debemos acompañar con otros como el dejar de fumar o realizar ejercicio aeróbico de manera periódica.
 

Bultos en las mamas

Justo antes de la menstruación, las mujeres que tienen un bulto en la mama, notan que se hace más visible. Es lo que conoce como enfermedad fibroquística y es la respuesta del organismo a los cambios hormonales propios del ciclo menstrual. A partir de los 40 la situación remite, justo cuando la grasa empieza a reemplazar al tejido mamario. Aunque las mujeres con un quiste de este tipo no tienen más riesgos de desarrollar cáncer de mama, si puede dificultar la detección de nuevos bultos.
 
Otro tipo de bultos son los fibroadenomas. En este caso, son duros e indoloros y tienden a moverse al palparlos. Suelen ser más frecuentes en mujeres jóvenes y pueden aumentar de tamaño durante el embarazo y la lactancia.
 
La autoexploración de las mamas, la cual debe realizarse al menos una vez al mes, es fundamental para detectar los cambios en las diferentes etapas.
 

Infecciones en las mamas

La mastitis es la infección de la mama caracterizada por la aparición de un bulto duro y doloroso (por la presencia de pus) y que requiere tratamiento con antibióticos para combatir la infección bacteriana. La más frecuente es la denominada mastitis puerperal, ya que se puede producir durante la lactancia materna cuando bacterias de la boca del bebé se introducen en la mama a través de una grieta. Los síntomas más comunes son enrojecimiento, tumefacción, fiebre y malestar general.

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