Celiaquía: ¿Los medicamentos contienen gluten? La respuesta es sí. Los fármacos, aunque en cantidades mínimas, pueden contener gluten, harina, almidón y otros derivados que proceden del trigo, la avena, cebada, centeno o triticale, utilizados en la elaboración de sus excipientes. En el caso de las personas celiacas, o ante la mínima duda, consultar al médico o farmaceútico y leer el prospecto en el cual debe figurar explícitamente, si contiene o no gluten. La presencia de gluten o de almidón de diferentes cereales puede tener un efecto adverso al administrarse.
La Agencia Española del Medicamento, la cual depende del Ministerio de Sanidad, recoge todas aquellas sustancias que se utilizan como excipientes en los fármacos, y entre ellos encontramos el gluten. Y es que los medicamentos también pueden contener gluten, cuya intolerancia es la principal manifestación de una enfermedad metabólica como la celiaquía, siendo la supresión del consumo del gluten o de cualquier alimento o producto que lo contenga el único tratamiento.
El gluten es una proteína que está presente en cereales como el trigo, la cebada, el centeno o el triticale, así como en productos derivados, entre los que se encuentran los almidones (almidón de trigo, de arroz, maíz, patata, almidón pregelatinizado, almidón glicolato sódido). El almidón es un excipiente que se viene utilizando en la elaboración de comprimidos y cápsulas, no así en los jarabes y en los medicamentos en sobres, ya que el almidón no es soluble en agua.
¿Qué son los excipientes?
Los excipientes son, por definición, los componentes del fármaco distintos del principio activo. Se utilizan para lograr la forma deseada, en cápsulas, comprimidos o soluciones, facilitando su preparación y conservación. De hecho, los excipientes son conservantes, colorantes, diluyentes, sustancias aromáticas… Los excipientes sí pueden tener efectos en casos de alergias, intolerancias o reacciones cutáneas. Para evitar estos efectos adversos el contenido de excipientes se debe detallar tanto en el prospecto (folleto que incluye toda la información básica sobre el fármaco, desde la composición a la cantidad a tomar o las posibles contraindicaciones) como en el etiquetado de los medicamentos. Etiquetado en el que, por cierto, también se tienen que fijar los pacientes con intolerancia a la lactosa o con diabetes.
Esta obligatoriedad de declarar en el prospecto si el gluten está presente como excipiente también afecta a los medicamentos genéricos. Si el médico nos prescribe un genérico o el farmacéutico nos propone sustituirlo por otro, debemos recordarles que somos celiacos para comprobar que el excipiente no contiene gluten.
Celiaquía: Complicaciones derivadas
Tal y como señala la Federación de Asociaciones de Celíacos de España, la celiaquía es la patología intestinal crónica más frecuente en nuestro país, y ello pese a que no todos los celiacos cuentan con un diagnóstico. Puede presentarse a cualquier edad a lo largo de toda la vida. Certificar la intolerancia al gluten es la única manera de seguir un tratamiento correcto y evitar posibles complicaciones, como la mayor predisposición a padecer anemia, desarrollo de patologías autoinmunes, osteoporosis o, la más grave, linfoma intestinal.