La mejor manera de aprovechar todos los beneficios que nos reportan los canónigos es tomarlos en crudo, como uno de los ingredientes para preparar saludables y nutritivas ensaladas, un plato al que no debemos renunciar ni en verano ni en invierno. ¿Qué esconden detrás de sus características hojas pequeñas y verdes? De entrada, son ricas en vitaminas (A, B, C y E), ácido fólico, minerales (potasio, hierro, fósforo, calcio) y fibra. Contenido nutricional que se traduce en beneficios para la salud. Además de la fibra, gracias a su bajo contenido en calorías, unas 14 calorías por cada cien gramos, es un alimento ideal para controlar el peso, ayudando a depurar el organismo y a aumentar la sensación de saciedad para controlar el apetito. Toma nota de los argumentos saludables por los que no debemos renunciar a incluir los canónigos en una dieta sana, variada y equilibrada.
Propiedades
Las verduras, junto con las frutas, son esenciales en una dieta saludable. Ya sea como acompañante o como plato principal, las verduras nos ayudan a comer más sano y a reducir la ingesta de grasas y sal. Entre las propiedades que nos reportan los canónigos se incluye el ser buenos para las dietas para controlar los niveles de tensión arterial. Si tenemos la tensión alta, los canónigos aportan una notable cantidad de de potasio, pero sus niveles de sodio son muy bajos. Por otro lado, los canónigos son digestivos, depurativos y diuréticos. Están especialmente recomendados para combatir la anemia.
Gracias a su contenido en calcio, son buenos para la salud de los huesos, uñas y cabello. Y un efecto quizás menos conocido de los canónigos es que también son relajantes, al contener unos sedantes naturales denominados valepotriatos, siendo un buen aliado para conciliar el sueño y para calmar y relajar los nervios.
Ensalada de canónigos
La ensalada, combinada con otras verduras y hortalizas, es la receta más sencilla de preparar y la mejor manera de aprovechar todos los nutrientes de los canónigos, de suave sabor. Tan solo hace falta aliñarlos con limón, aceite de oliva virgen y una pizca de sal, aunque puedes combinarlos de muchas maneras, incluso puede ser un sustituto de las espinacas para las recetas calientes (huevos rellenos, por ejemplo).
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