¿Qué puedes hacer para librarte de los riesgos de padecer cáncer? Más de lo que imaginas. Con unos sencillos gestos no solo podemos alejar los riesgos, sino que también ganamos en calidad de vida. Cuestión de prevenir, así de sencillo. Adoptar un estilo de vida saludable, identificar los factores de riesgo para evitarlos y estar atenta a las señales que nos envía nuestro cuerpo son tres premisas determinantes, pero el cáncer no solo es una cuestión genética, también puede tener un origen ambiental, así que vamos a tomar nota de las pautas a seguir para mejorar la prevención.
Prevención y diagnóstico precoz es la ecuación perfecta para enfrentarse al cáncer, una de las enfermedades más temidas y a la que también se le puede ganar la batalla. El cáncer de mama, por ejemplo, es el más frecuente entre las mujeres (en torno a un 30% del total de los casos), pero afortunadamente su tasa de supervivencia no deja de aumentar. Hablamos en este caso de prevención, ¿qué podemos hacer en este aspecto? Mucho más de lo que imaginamos. ¿Sabías que el té caliente puede aumentar los riesgos y el pescado reducirlos? Es solo un ejemplo de las sencillas pautas o gestos que podemos cambiar en nuestro día a día para mantener alejados los riesgos de padecer cáncer.
Prevención cáncer: Pautas a seguir
No todos los cánceres son de origen genético, de hecho la mayoría tienen un origen ambiental. Esto se traduce en controlar los factores de riesgo para protegernos mejor de esta enfermedad.
- Ventilar la casa todos los días: Las casas o espacios cerrados, mal ventilados, acumulan gas radón que, al liberarse del suelo al aire emiten partículas radioactivas que se adhieren al polvo, a los aerosoles o a otras partículas volátiles. Este gas se encuentra sobre todo en el agua y en los materiales de construcción de baja calidad.
- No reutilizar el aceite: El aceite, cuando se recalienta varias veces, pierde sus triglicéridos y genera sustancias más pequeñas (aldehídos oxigenados alfa-beta insaturados) que, al tomarse, reaccionan con las proteínas, las hormonas y las enzimas del organismo y modifican su estructura y su función.
- No colocar el ordenador portátil sobre las piernas: El ordenador siempre sobre la mesa, nunca sobre las piernas, un hábito que conviene modificar ya que puede provocar síndrome de piel quemada, una dolencia que nos hace más vulnerables al cáncer.
- Evitar morder los bolígrafos: Un hábito común, pero peligroso, porque casi todos los bolígrafos están hechos con polietileno o poliestireno.
- El pescado, mejor pequeño: Los expertos en seguridad alimentaria recomienda evitar las especies de gran tamaño (pez espada, tiburón o atún rojo), ya que presentan niveles más elevados de mercurio y metalmercurio.
- Evitar las bebidas muy calientes: Las bebidas muy calientes aumentan el riesgo de padecer cáncer de esófago, y en el caso del té o del café con leche el riesgo se duplica. Por su parte, tomar fruta fresca, sobre todo cítricos, reduce los riesgos, a diferencia de las carnes rojas o grasas animales.
- Higiene dental: La placa dental incrementa los riesgos.
- Más alimentos ecológicos: Alimentos libres de pesticidas y otras sustancias artificiales.
- Cuidar la piel: Realizarse un peeling con regularidad ayuda a regenerar la piel y a estimular la proteína p53, protector frente a los tumores cutáneos.