Autoexploración de senos: Cómo realizarla. Una sencilla operación que, en menos de cinco minutos, puede ayudar a detectar posibles irregularidades en la mama. Lo más aconsejable es hacer la autoexploración una vez al mes, en concreto 7 días después de la menstruación. Una autoexploración visual y de palpación del seno que te ayudará a prevenir posibles trastornos y que, a partir de los 35 años, debemos acompañar de una mamografía.
La detección y el diagnóstico precoz son premisas básicas para garantizar nuestra salud y, en este caso, la de nuestro pecho. Prevención de trastornos que pueden ir desde los tumores benignos a problemas más severos como el cáncer de mama, uno de los tumores femeninos más frecuentes y, junto al cáncer de pulmón, uno de los más letales para las mujeres. Concienciarse sobre la importancia de cuidarse y de someterse a las revisiones necesarias es fundamental. Revisiones que también incluyen la autoexploración de los senos, una sencilla operación que no llevará apenas cinco minuto. Es aconsejable realizar la autoexploración una vez al mes, a ser posible una semana después de la última menstruación, en el caso de las mujeres en edad fertil. La autoexploración debe realizarse a partir de los 20, sin olvidar las visitas periódicas al ginecólogo.
La autoexploración consiste en la palpación de los senos para detectar posibles irregularidades. Para ello, colócate, con los brazos a lo largo del cuerpo, delante de un espejo y observa tus senos (contorno y simetría entre los dos). Observa si aparecen zonas enrojecidas o con la piel rugosa, la presencia de bultos, hoyuelos o si los pezones están retraídos. Repite la operación pero ahora con los brazos colocados sobre la cabeza.
Además de la exploración visual, el segundo paso será explorar la mama con la mano contraria, en concreto, con la yema de los dedos. Realiza esta operación de pie o tumbada y busca la posible presencia de bultos. La forma idónea de hacerlo es con movimientos circulares, en el sentido de las agujas del reloj, desde el pezón hasta abarcar el resto de la mama. Una de las zonas a las que hay que prestar especial atención y observar con detenimiento son las axilas, zona en la que con mayor frecuencia se desarrollan los tumores. Para comprobar el estado del pezón, aprieta y comprueba si sale líquido.
La importancia de las mamografías
Además de la autoexploración, a partir de una determinada edad (35 años), es aconsejable que la mujer se realice una mamografía (cada año a partir de los 40). La mamografía o radiografía de la mama permite la detección de lesiones hasta dos años antes de que puedan ser palpadas. En algunos casos, para completar la mamografía, también puede ser recomendable realizar una ecografía mamaria. Si se ha detectado alguna señal o posible lesión, será aconsejable realizar una mamografía digital o resonancia magnética para confirmar o descartar el diagnóstico.
El cáncer de mama es uno de los tumores femeninos más temidos y una de las posibles lesiones de la mama. Entre los factores de riesgo, algunos están directamente relacionados con el estilo de vida, como el hábito de fumar o abusar el alcohol, el sobrepeso o la alimentación desequilibrada. El no tener hijos, o quedarse embarazada a una edad tardía, también pueden ser factores de riesgo, mientras que la lactancia materna es un aliado para reducir los riesgos de sufrir cáncer de mama. Los tratamientos o terapias hormonales de uso prolongado también pueden elevar los riesgos de desarrollar un tumor.
Por su parte, hay otros factores de riesgo que podríamos considerar inevitables, como los factores genéticos, hereditarios, tener la menopausia más allá de los 55 o la primera menstruación antes de los 12 años.
El avance en investigación no solo han permitido mejorar el diagnóstico, sino también el tratamiento, desde la quimioterapia, radioterapia o cirugía. Para conservar la mama también se recurre a cirugía plástica o implantes de células madre de grasa que se colocan en la zona donde estaba el tumor.