Alzheimer: Los antecedentes familiares duplican riesgos. Doblemente vulnerables. La historia familiar no solo es un factor de riesgo sino que, tal y como han constatado los investigadores, nos permite adelantarnos al diagnóstico de una patología que, según datos médicos, se estima que afecta a cerca de 25 millones de personas en el mundo. Una cifra que, lejos de reducirse, se prevé que se triplicará en las próximas décadas. Tener un familiar cercano –padres, hermanos- con Alzheimer puede hacernos, entre dos y cuatro veces, más vulnerables a padecer Alzheimer.
El origen del Alzheimer, patología caracterizada por la pérdida de memoria y de recuerdos, sigue siendo un interrogante sin una respuesta certera. Pero lo que sí parece constatado es que la genética tiene mucho que ver. Los antecedentes familiares –en especial, familiares de primer grado con Alzheimer- nos hacen más vulnerables a desarrollar esta patología. Investigadores de Estados Unidos –en concreto, del Centro Médico de la Universidad de Duke (Durham)- han indagado en los factores genéticos implicados en el desarrollo de una patología que, según datos médicos, se estima que afecta a cerca de 25 millones de personas en el mundo.
Son muchas las preguntas que sigue planteando esta patología, al igual que muchos retos, como el de encontrar una vacuna o un tratamiento definitivo para paliar la progresión del Alzheimer, máxime si tenemos en cuenta que los médicos y especialistas estiman que la prevalencia de esta enfermedad se triplicará en los próximos años. Previsiones que los investigadores quieren cambiar, y para ello también hay que indagar en las causas y en el origen de esta enfermedad.
El nuevo estudio, cuyos resultados se acaban de publicar, no solo corrobora el papel de los antecedentes familiares (los familiares de primer grado comparten hasta el 50% de los genes), sino que también demuestra que estamos ante una enfermedad cuya aparición se adelanta mucho en el tiempo al diagnóstico, incluso décadas. Estudios anteriores ya habían apuntado a que, como sucede en el caso de las mujeres, los daños en el cerebro se producen incluso un año antes de su diagnóstico. Alteraciones en el cerebro que, como añaden los investigadores, se puede detectar y medir a través de diferentes pruebas.
Los investigadores partieron de la hipótesis de si tener antecedentes familiares –un padre o hermano con Alzheimer- constituye por sí solo suficiente riesgo para que se produzca la acumulación, de manera silenciosa, de placas de Alzheimer y la contracción de los centros de la memoria. Para confirmar su hipótesis, los investigadores analizaron los datos de más de 250 adultos de edades entre los 55 y los 89. Todos los pacientes forman parte del proyecto Neuroimagen de la enfermedad de Alzheimer, una iniciativa para el estudio de la progresión de esta patología a través de biomarcadores. En aquellos pacientes con antecedentes familiares de Alzheimer se constató una variación en el gen APOE, alteración asociada a un mayor riesgo y a una aparición temprana de la enfermedad. En otras palabras, en aquellos pacientes con antecedentes familiares el declive cognitivo puede ser más rápido que en aquellos pacientes en los que se han detectado más casos de esta patología en su historial familiar.
Un estudio que permite seguir dando pasos para desvelar todas las incógnitas que aún oculta una patología que, solo en nuestro país, se estima que afectará a 1,5 millones de personas en 2050.