El níquel está presente en infinidad de objetos que tocamos a diario (grifos, cubiertos, teléfonos móviles…), así como en una larga lista de alimentos, por lo que también pueden provocar alergia. La mejor manera de prevenirla es, lógicamente, evitando el contacto con este metal, y en el caso de la dieta, prestar especial atención a la selección de alimentos. Para ello, el primer paso, es conocer la lista de alimentos que contienen níquel. De entrada, se puede decir que todos los alimentos procesados, en mayor medida los que se conservan en lata, contienen níquel, por lo que pueden provocar una alergia o intolerancia.
Síntomas alergia al níquel Los síntomas de la intolerancia al níquel pueden ser variados, si bien los más comunes son dermatitis, picor de la piel, inflamación de la boca y encías, hinchazón abdominal, malestar general, fatiga, náuseas y dolor de cabeza. Todo depende también de la cantidad de níquel que hayamos ingerido, teniendo en cuenta que hay alimentos que contienen concentraciones más altas que otros. Si, por el contrario, estamos ante una alergia al níquel, los síntomas serán semejantes, pero más pronunciados y, en casos severos, puede aparecer dolor de estómago, urticaria, lesiones y erupciones en la piel. En este caso, los alimentos que contienen níquel debe ser eliminados de la dieta.
Alimentos con níquel La cantidad de níquel presente en los vegetales puede ser hasta cuatro veces superior al contenido en productos de origen animal, si bien hay que señalar que este contenido es variable. Para evitar ingerirlo en la medida de lo posible, es aconsejable evitar cocinar con ollas y sartenes de aluminio recubiertas de teflón, optando mejor por los objetos y utensilios de acero inoxidable, con una certificación que garantice la ausencia total de níquel.
En cuanto a los alimentos que contienen níquel, las mayores concentraciones las encontramos en:
- El cacao y sus derivados.
- El regaliz.
- El tomate y en especial sus concentrados.
- Los frutos secos como anacardos, cacahuetes, almendras, nueces y avellanas.
- Además de los tomates, otras hortalizas son los espárragos, brócoli, zanahorias, repollo, coliflor, cebolla, rúcula, judías verdes, champiñones, hinojo, lechuga, apio y rábanos.
- Las legumbres, en especial las lentejas, seguido de las habas, guisantes, soja y sus derivados.
- Hay que evitar bebidas como el chocolate, el café, el té y los refrescos en lata.
- Mariscos y pescados, como ostras, salmón, mejillones, y en menor medida la platija y el arenque ahumado.
- En cuanto a los cereales, conviene evitar el trigo sarraceno, pasta de hojaldre, pero también avena, mijo y maíz.
- Algunas variedades de frutas, kiwi en particular, las peras, las uvas y las pasas.
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