Decir adiós a los complejos es el primer paso para subir la autoestima. Los complejos se sustentan en un recuerdo o episodio que genera inseguridad, incomodidad, frustración y e, incluso, sentimiento de inferioridad.
Aprender a superar los complejos implica escuchar nuestra voz interior y ahondar en las emociones, sensaciones y pensamientos. En lugar de nadar a contracorriente, atreverse a soltar lo que nos genera angustia y dolor es un gesto valiente para tomar el control de nuestra vida y concedernos la oportunidad de seguir avanzando sin complejos, sin cargas innecesarias.
¿Qué son los complejos?
La Real Academia de la Lengua define los complejos como el conjunto de ideas, emociones y tendencias generalmente reprimidas y asociadas a experiencias del sujeto, que perturban su comportamiento. Los complejos son la respuesta de la mente para defenderse ante una situación, sentimiento o defecto real o imaginario que se percibe como una amenaza. Un recuerdo, un comentario, un lugar o un simple gesto pueden hacer aflorar los complejos y bloquearnos.
Los complejos suelen aparecer en la infancia y la adolescencia, y si no se superan, perdurar en la edad adulta. Los complejos pueden ser físicos, psíquicos o sociales. Cuando los complejos controlan nuestra vida, conviene consultar con un especialista.
Cómo superar los complejos
- Busca el origen de tus complejos y encarálos. Nadie mejor que tú para saber cuáles son tus puntos fuertes y débiles y reconocerlos con naturalidad.
- Refuerza aquellos aspectos personales que te hacen sentirte bien para conocerte mejor y ganar en confianza.
- Evita las comparaciones con los demás y hacer las cosas para buscar la aprobación de los demás. Haz las cosas para sentirte bien contigo mismo.
- Escucha tu voz interior. Tu vida es tuya y de nadie más, y solamente tú tienes el mando, eres la protagonista de tu película y la que puedes cambiar la trama y los personajes.
- Aprender a quererse para que nos quieran los demás. Reserva tiempo para ti cada día, y aprovecha para hacer aquello que te ayuda a dejar las preocupaciones en segundo plano.
- Prioriza de acuerdo a tus valores y centra tus esfuerzos y pensamientos en lo que realmente te interesa.
- Cambiar el pensamiento negativo por positivo para que las situaciones en apariencia adversas no condicionen nuestras emociones.
- Haz una lista de las cosas buenas que tienes en la vida y echa mano de ella cuando notes un bajón anímico.
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