¿Cuáles son los miedos que nos impiden terminar una relación? ¿Qué podemos hacer al respecto? Por mucho que nos empeñemos en pensar lo contrario, hay relaciones que están destinadas al fracaso. Nos guste o no, hay amores que no pueden durar más que cierto tiempo, y aunque nos cueste, debemos asumir que ha llegado el momento de terminar con ello. Durante el tiempo que se está con una persona se viven buenos momentos y se consolidan unos aspectos que a la hora de tomar la decisión de romper la relación, echan por la borda todos los argumentos con los que te habías convencido de que lo mejor era poner fin a lo vuestro.
Miedos que te impiden terminar con tu relación
Para que una relación salga bien, hay que creer que el amor que sentís el uno por el otro es para siempre, pero esto no significa que a veces las cosas salgan como uno quiere. Aunque sepas que ponerle fin a la relación con tu pareja es lo correcto, hay muchos miedos que te impiden decidirte a dar este paso y que te pueden confundir mucho:
- Miedo a sufrir. En una ruptura sufren ambas partes, tanto el que es dejado como el que tiene que dejar a la otra persona. Saber que cuando acabes con la relación vas a hacer daño a una persona a la que quieres, aunque ya no estés enamorada de ella, hace frenar bastante el tomar esta decisión. Además, la persona que deja a otra tiene miedo al sufrimiento de después, porque sabe que lo habrá, y probablemente también tenga un fuerte sentimiento de culpa.
- Miedo a la soledad. Muchas veces no nos atrevemos a dejar a las personas porque creemos que no volveremos a encontrar a alguien con la que ser feliz, con lo que el miedo a quedarnos solos hace que nos aferremos a lo que tenemos, aunque sepamos que es una relación sin futuro.
- Miedo a renunciar a la estabilidad y la comodidad. Las personas, al fin y al cabo, tenemos unos hábitos diarios y unas rutinas a las que nos acostumbramos rápidamente y de las que nos cuesta desprendernos. Dejar a una persona supone mudarte de casa, perder relación con algunas personas del entorno de tu pareja y, en definitiva, cambiar muchos aspectos de tu vida que cuestan asumir.
- Miedo a equivocarse. Después de pasar años dedicados a una persona, es difícil saber que lo que realmente quieres es seguir tu vida sin ella. Aunque sepas que tu relación no funciona, siempre queda la duda de si se podría haber hecho algo más por salvarla y si dejarlo era la opción equivocada.
Por suerte, las personas no somos de piedra, y el tomar decisiones importantes en las que están en juego los sentimientos de mucha gente, siempre es una tarea difícil.
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