Oxitocina, la molécula del amor: Su influencia en las relaciones. Estamos acostumbrados a oír hablar de muchas sustancias que, si las tomamos, beneficiarán nuestra relación, especialmente en el campo de las relaciones íntimas. La oxitocina es una de esas sustancias, pero va algo más allá, ya que interviene, además de en el deseo, en la calma, la estabilidad y el bienestar. Recibe, por ello, varios sobrenombres como “la molécula del amor”, “la molécula afrodisíaca” o, incluso, «la hormona de los mimosos». Puede que no sepas cómo influye esta hormona en tus relaciones, pero seguro que lo hace. Aquí te lo explicamos.
No solo los alimentos afrodisíacos contribuyen a un aumento de deseo o mayor disfrute de las relaciones íntimas y personales, sino que también lo hacen algunas hormonas que segregamos naturalmente. Además, si conocemos su funcionamiento, podremos aprovechar mucho más sus efectos, por lo que presta atención y toma nota.
Cuándo se segrega la oxitocina
La secreción de esta sustancia entre los seres humanos la puede provocar un abrazo, una caricia, un beso o, incluso, estando en presencia de una persona a la que quieres o que te atrae. Pero, sin duda, la mayor liberación de esta sustancia, tiene lugar durante el parto y el posterior periodo de lactancia. También se produce cuando se comen dulces o chocolate.
Su producción tiene lugar en el hipotálamo y, desde ahí, es conducida a las terminaciones nerviosas pituitarias y se libera en el torrente sanguíneo. La presencia de la hormona en el cerebro provoca una serie de reacciones en el individuo, lo que conduce a la influencia en las relaciones con los demás.
Cómo influye en las relaciones
Al producirse estos pensamientos positivos que provocan una liberación de oxitocina, la respiración se acelera y segregamos endorfinas y encefalinas, lo que hace que sintamos seguridad, paz y calma y las fantasías son estimuladas y sacadas a la luz.
Además, la oxitocina ha sido investigada y se ha concluido que tiene un papel muy importante en las relaciones sociales en general. Disminuye la fobia social, lo que hace que seamos mucho más generosos con las otras personas y que tengamos más confianza en los demás. De esta manera, en cierto modo, facilita la convivencia y aumenta la compatibilidad de la pareja.
Lo que más se destaca de la oxitocina es que disminuye, en gran medida, nuestros temores, que son muchas veces los principales culpables de que una relación no fluya o no empiece. Los complejos, las inseguridades y la desconfianza casi desaparecen cuando nuestro cuerpo segrega esta hormona.
