El lenguaje corporal transmite más de la mitad del mensaje, es decir, que tiene incluso más importancia que las propias palabras que pronuncias. Así que es importante conocer ciertas técnicas para detectar qué piensan los demás cuando te hablan. Aquí tienes las nuestras, quizá puedan servirte para saber qué piensa de ti el chico con el que has quedado esta noche para tomar algo.
Los gestos universalesEn cada cultura hay una serie de gestos propios. Por ejemplo, en Suramérica se suele señalar con los labios y en Japón levantar los pulgares es un insulto. Sin embargo, hay una serie de signos que se repiten en cada país. Encoger los hombros con las palmas de las manos abiertas siempre significa desconocimiento, levantar los brazos en forma de ‘V’ como símbolo de victoria, un gesto que hacen incluso las personas invidentes desde el nacimiento.
Varios gestos en unoMuchas veces el mensaje que transmites con tu lenguaje corporal no depende de un solo movimiento sino que se desprende de una combinación de varios. Por ejemplo, mirar a los ojos y abrir los brazos inclinándose hacia delante durante una conversación denota interés, apretar la mandíbula, fruncir el ceño y ladear la cabeza es sinónimo de disconformidad…
Imitación del lenguaje corporalOtro dato curioso, es que cuando tu interlocutor reproduce los mismos movimientos que tú o se ríe contigo es que tiene interés en ti, que se ha producido una conexión entre ambos y que la comunicación fluye de manera correcta.
Signos positivos y negativosSin embargo, hay otra serie de gestos que independientemente del contexto en el que se produzcan tienen connotaciones positivas o negativas. Entre las primeras está la sonrisa, pero eso sí, la que produce arrugas en el contorno de ojos, de otra forma no es sincera. El contacto visual suele demostrar interés, a no ser que se prolongue demasiado, como aguantando la mirada, en ese caso puede ser que tu interlocutor te esté mintiendo. En cambio, cuando alguien te habla con las palmas de las manos abiertas está siendo honesto.
En el apartado de gestos que siempre son negativos encontramos el cruce de piernas y manos. Inconscientemente la persona que utiliza este gesto está protegiéndose a si misma de su interlocutor, no está dispuesta a hablar e incluso es posible que se sienta intimidada. Levantar las cejas suele ser un gesto que acompaña a la incredulidad y a veces al no estar conforme con lo que se expone. Por otro lado, las personas que apuntan con el dedo índice extendido a otras mientras mantienen el resto de su mano apretada solo buscan dominar al otro, de hecho es un gesto muy típico entre los padres cuando regañan a sus hijos.
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