Falta de sinceridad en la pareja: ¿Por qué? Es muy difícil tener una relación de pareja totalmente transparente y, quizá, la sinceridad más absoluta tampoco es recomendable en la convivencia o, al menos, así lo pensamos muchas veces. ¿Hasta qué punto hay que sincerarse con nuestra pareja? , ¿es necesario que le contemos todo? Esas preguntas surgen en toda relación y son de muy difícil respuesta. Cada pareja es un mundo y no se pueden dar soluciones universales, pero lo que sí es cierto es que la falta de sinceridad entre los miembros de una pareja puede provocar muchos problemas, en ocasiones, irreconciliables.
Muchas veces no decimos la verdad y lo hacemos pensando que, de esta manera, vamos a proteger o a beneficiar a una persona a la que queremos, pero la mentira siempre trae consecuencias negativas. Aun así, la falta de sinceridad tiene diferentes grados.
Muchas veces consideramos una mentira como “normal” si la usamos en muy contadas ocasiones y con el objetivo de protegernos a nosotros mismos o a nuestra pareja. En estos casos las mentiras no determinan el rumbo de una relación e irían destinadas a evitar pequeñas discusiones.
Estas pequeñas faltas de sinceridad, por sí solas, no harían daño a la relación. El problema viene cuando se generalizan y la mentira pasa a ser lo habitual. Por ello, siempre es preferible recurrir a la comunicación e ir siempre con la verdad por delante. Además, el descubrir que un miembro de la pareja miente, aunque sea en estas pequeñas cosas, hace que el otro piense que no le dice la verdad en nada y se genera uno de los mayores problemas en las relaciones, la falta de confianza.
Cuando esto ocurre, es importante detectarlo y, entre los dos intentar ponerle una solución. Estos son algunos de los consejos que dan los expertos para recuperar la sinceridad:
- Reflexionar acerca de los propios sentimientos, puesto que no puedes comunicarte con tu pareja si no sabes dónde te encuentras tú.
- Comunicar abiertamente cómo nos sentimos y nuestros miedos a nuestra pareja.
- Buscar pequeños ratos, como después de trabajar, durante el desayuno… para tener un tiempo de conversación respecto a nuestros problemas cotidianos, lo que os preocupa, lo que habéis hecho…
De este modo, podréis recuperar la confianza perdida e iniciaréis una etapa más transparente que será beneficiosa para la relación.