Seguramente, la decisión de divorciarse es una de las más difíciles que hacen en la vida, debido a los cambios que irremediablemente conlleva. ¿Cuándo una separación se convierte en divorcio? Es decir, ¿cuándo pasan los miembros de la pareja de tener diferencias exclusivamente personales a estar inmersos en un proceso legal que puede extenderse mucho en el tiempo? El momento de dar este paso tiene una importancia vital en el resultado de todo el proceso de divorcio en sí, por lo que aquí tienes algunas indicaciones de cuándo es mejor hacerlo.
A pesar de que el sistema judicial de nuestro país está intentando que el divorcio sea cada vez más rápido con el fin de evitar situaciones incómodas y dolor a las parejas, con medidas como la del divorcio exprés, el divorcio no deja de ser un proceso legal que no resulta muy agradable para ninguno de los implicados, por lo que hay que llevarlo a cabo en el momento oportuno.
¿Cuándo comenzar los trámites del divorcio?
Son muchos los factores que intervienen en el proceso de divorcio, así como muchas las personas afectadas, no solo las dos de la pareja. Esto hace que sea fundamental estar muy seguro de este paso y de cuándo darlo.
Cuando estés o estéis completamente seguros
Lo primero que hay que tener en cuenta es que una separación es algo que tiene vuelta atrás, pero un divorcio no, por lo que hace falta asegurarse de que esa es la decisión que queréis tomar.
Tener en cuenta a los hijos
Una vez tomada la decisión, viene el dilema de cuándo empezar con los trámites de divorcio. En el caso de que el matrimonio tenga hijos, la manera a proceder es algo distinta, ya que hay que tener en cuenta a los niños.
Si los cónyuges tienen hijos en común, se debe evitar a toda costa comenzar los trámites y darles la noticia a los niños en fechas señaladas para ellos, como por ejemplo la Navidad , la época de su cumpleaños, la vuelta de vacaciones u otro día especial por alguna otra causa.
Evitar un divorcio contencioso
Si se quiere evitar un divorcio contencioso (mucho más largo y costoso a nivel económico y emocional), lo mejor es que los dos os pongáis de acuerdo en esperar un tiempo desde que toméis la decisión hasta que iniciéis los trámites, ya que, de ese modo, se pueden evitar sentimientos como la ira o la frustración, que solo hará más difícil una situación que ya de por sí lo es.
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Aunque un divorcio es un proceso desgastante, es importante que mantengáis la serenidad necesaria en todo momento, confiando en que es una decisión inteligente a largo plazo para los dos y vuestros hijos, en el caso de que los haya y la relación sea insalvable. Comenzar los trámites de divorcio de forma serena en el momento oportuno os facilitará mucho el proceso y ayudará a que los hijos vivan este cambio en su vida de forma mucho menos traumática.
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